6.12.07

Algunas razones por las que postergamos

Varios lectores de la Columna "Cambio de Hábito" solicitaron la ampliación del recuadro publicado en la edición impresa del Diario La Opinión, por lo que aquí está:

Algunas razones por las que postergamos

  • Creencias falsas

Muchos postergadores están convencidos de trabajar mejor bajo presión. Otros sostienen conversaciones internas del tipo “No puedo ser bueno en nada”, “carezco de habilidades para lo que se me pide”, creencias que alientan el no hacerse cargo o socavan la autoestima y la confianza.

  • Perfeccionismo + Inseguridad + Evaluación-dependencia

Algunos procrastinadores (otra forma de llamar a los postergadores) tienden a ser perfeccionistas, es decir que tienen tan altos parámetros que son casi siempre inalcanzables, y a la vez altamente inseguros. Las personas que hacen lo mejor porque quieren ganar, no postergan. Pero aquellos que sienten que deben ser perfectos para complacer a los demás, muchas veces dejan las cosas para más adelante. Quienes dependen ansiosamente de lo que otros esperan de ellos o de su trabajo, sean estas positivas – expectativas de éxito – o negativas –expectativas de fracaso – pierden el equilibrio para discernir sus propios objetivos, y en la mayoría de los casos, abandonan el camino antes de revisar la huella. Este tipo de perfeccionismo inseguro está en el corazón de más de una pintura jamás realizada y se oculta tras la búsqueda de leer todo lo que alguna vez se escribió sobre el tema, antes de comenzar a accionar en pro de un resultado.

  • Falta de Autodisciplina

El no dar prioridad a un objetivo, comprometiéndose y trabajando para completarlo, dispone para distraerse en otras cosas. Por ejemplo, si al escribir esta columna, miro hacia arriba y veo una mancha en el vidrio de mi ventana, y soy una postergadora, es probable que plante la escritura para ponerme a limpiar no sólo la mancha de la ventana sino todos los otros vidrios de la casa.

  • Comunicación descalificadora

Los hijos de padres autoritarios y altamente críticos, los hombres y mujeres cuyas parejas los descalifican y desvalorizan, las personas involucradas en relaciones personales o laborales de abuso, desarrollan tendencias hacia la postergación. Quizás porque tomar decisiones (uno de los pilares de quienes no postergan) es difícil cuando lo que uno decide es siempre criticado, observado negativamente o juzgado con severidad, o porque otros toman las decisiones que uno debería tomar.

  • Búsqueda de estímulos

Esta causa ya la comentó un participante del taller ¿recuerdan? Son aquellos que, por ejemplo, encuentran satisfacción en completar un proyecto a minutos de la hora en que su jefe se va de la oficina y corren por los pasillos para llegar a dejarlo sobre el escritorio justo antes de que se levante de la silla para irse. Claro que es tanto su apuro por correr que no ven las caras de resentimiento y hastío de sus compañeros, ni escuchan el exasperado comentario que pronuncia su jefe al recibir el proyecto.

  • Ansiedades relacionadas con la tarea a realizar

Así, tareas que se perciben como aburridas, muy difíciles, injustas, innecesarias, dolorosas (la visita al dentista es una situación que tiende a ser postergada, por ejemplo) motivan la dilación.

  • Desánimo/estados depresivos

Los estados depresivos pueden generar o exacerbar los mecanismos de postergación y viceversa. Estar atrapado en un círculo vicioso de dilación puede sumir al postergador en el desánimo y el estado depresivo. La toma de decisiones se vuelve otro problema que alimenta la postergación. Las personas desanimadas no se conectan fácilmente con el placer, por lo que las opciones se enmascaran y no se perfilan claramente, lo que hace que la decisión sea difícil, o poco valiosa.

En el caso de una persona con franca postergación depresiva es importante consultar a un terapeuta sobre su estado anímico y situación.

  • Conocimiento insuficiente de la tarea

Directivas ambiguas, prioridades vagas y falta de información sobre cómo realizar la tarea crean incertidumbre acerca de qué es lo que se espera de uno o cómo y cuándo se consideraría bien realizado el trabajo.

  • Inadecuada gestión del tiempo.

La postergación también puede estar basada en el mal manejo del tiempo, en la inadecuada priorización de tareas y actividades, en la incorrecta articulación de tiempos y trabajo a desarrollar.

  • Dificultad de concentración

Cuando el entorno es altamente distractivo ya sea que está lleno de estímulos agradables; está muy desorganizado; sucio; ha sido reacomodado por una persona ajena; no está bien equipado, faltan utensilios o elementos que se consideran necesarios, etc. aporta el ambiente ideal para el postergador, quien puede pasar tiempo valioso reacomodando, limpiando, consiguiendo elementos, quejándose del desorden y la falta de pulcritud , antes de ponerse a trabajar.

  • Temor al fracaso o al éxito

Suena paradójico ¿verdad?Dentro de los que temen al fracaso se encuentran los que nunca se sienten preparados para realizar la tarea. Creen que si no hacen todo de 10, han fallado. Dan envergadura de irreparable a cada error, en lugar de considerarlo un espacio de aprendizaje

El temor al éxito subyace en los casos en que los postergadores temen que si tienen éxito les costará mantener el nivel que alcanzarn con el logro; desatarán expectativas aun más altas de los otros; despertarán envidias y celos; les pedirán cosas; perderán su modo de vida tranquilo, etc...

  • Falta de interés

Si la tarea no es relevante, necesaria o interesante, puede resultar poco motivante, y por lo tanto demorable.

  • Compromiso con los objetivos ajenos

Mucha gente pospone proyectos en los que se ha involucrado por compromiso, obligación o impulso y que no siente que le pertenecen. A veces, el postergador da la idea a otra persona, y, sin quererlo, se ve envuelto en la realización, más tarde posterga motivado por su poco interés en el desarrollo del proyecto. Y aún si le interesa, por su relación con aquella persona, es posible que no le resulte motivante, y eso lo lleve a postergarlo.

  • Temor a lo desconocido.

Aventurarse en algún nuevo campo implica el desafío de no tener parámetros para saber qué tan bien le está yendo a uno, o qué camino seguir, lo que seguramente genera incertidumbre y despierta temores. Ese tipo de ansiedades pueden inhibir el deseo de comenzar y alentar la postergación.

  • Incapacidad para hacerse cargo de la tarea.

Puede ser que por falta de entrenamiento, habilidad o técnica, una persona sienta que carece de los recursos personales para hacer el trabajo, y evite realizarla, postergándola.

La magnitud de la tarea, o las condiciones de realización pueden enfrentar a quien deba realizarla con sus limitaciones, y la postergación ser la manera de “solucionar” el problema.

Poner en claro las causas nos sirve para descubrir la necesidad que se encierra en el hábito de postergar, por ejemplo, “conocer mejor lo que se espera de mí” o “capacitarme para realizar esta nueva tarea”. Comunicar claramente esa necesidad, pedir ayuda, realizar una pequeña acción, puede ser la manera de generar un cambio positivo.

Material extraído del Programa de Entrenamiento en Coaching Comunicacional

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Buenísimo! Gracias
DM

Anónimo dijo...

¡Muy bueno este aporte!
A medida que leía reconocí que me he perdido oportunidades por quedarme cómodo donde estoy, ¿es eso una manera de postergar?
Gonzalo

La Columna dijo...

¡Gracias DM y Gonzalo por los comentarios!

Perder oportunidades por quedarse cómodo donde uno está puede ser una manera de postergar. También puede ser una opción, una elección. En vos está considerar si estás postergando o estas eligiendo no hacer algo.

Hasta pronto
Andrea