12.3.09

Inesperada rebelión del campo.Jueves 12 de Marzo de 2009




Escribe: Juan R. Nazar
Director de La Opinión

La Mesa de Enlace representa a los sectores del campo.

Hace un año, nos encontramos con un hecho casi desconocido, desde el llamado grito de Alcorta en junio de 1912, en el sur de Santa Fe, la rebelión de los chacareros que se transformó en un movimiento que se extendió por toda la región pampeana. Esto dio inicio a la intervención de los productores en política gremial que permitió la constitución de la Federación Agraria Argentina. En esta oportunidad, una resolución, la famosa 125, del ministro de Economía renunciante, Martín Losteau, de elevar las retenciones a las exportaciones de las oleaginosas –que ya tenían el 35%- fue el detonante para que los productores tomaran las calles, cortaran el tránsito, impidieran el abastecimiento urbano y crearan una situación inédita en el país.

Además, hicieron una potente demostración de fuerza reuniendo cientos de miles de personas en dos actos: el primero en Rosario y el segundo en el Monumento a los Españoles, en la Capital Federal. Un país parado durante 120 días, con góndolas vacías y un Mercado de Liniers desierto. El gobierno casi paralizado no supo responder a tamaño desafío. La ciudadanía en general acompañó el movimiento, lo mismo que los sectores del comercio y la industria.
A partir de ese movimiento, se erigió un nuevo país político, donde había prevalecido la hegemonía del partido gobernante en todas las esferas de la actividad nacional.

NUEVO PROCESO

Hasta entonces, todos los partidos de la oposición, disgregados y atomizados, comenzaron a entender que se había iniciado en el país un nuevo proceso, donde ellos no tuvieron ninguna participación, con actitudes resignadas de tropas desbandadas que habían perdido todos los combates y sin líderes capaces de reagrupar a los contingentes desorientados. La rebelión de los chacareros les abrió otra vez el camino para tomar conciencia de las nuevas posibilidades que se presentaban.

En el partido gobernante aparecieron las rebeliones de quienes comulgaban con las razones del movimiento agrario, que culminó en el Senado de la Nación con el voto “no positivo” del vicepresidente de la Nación, Julio Cobos, que desempató en favor de la derogación de la 125. Para que hubiera desempate ya no menos de 10 senadores del oficialismo se habían abierto del bloque uniéndose a la oposición.

Hubo muchas lecturas en torno a este hecho singular que produjo un quiebre en el proceso político. El país, siete años atrás, había padecido la crisis del 2001/02, con un gobierno débil con incapacidad para la toma de decisiones. Diversos factores se conjugaron para que el gobierno de la Alianza tuviera un estrepitoso fracaso.
Con el dedo de Duhalde apareció el desconocido Néstor Kirchner. Vinieron años de bonanza en el mundo y la Argentina que estaba en el sótano comenzó a emerger nuevamente con esa enorme capacidad productiva que tiene, merced a esa poderosa máquina de multiplicar riquezas que es la tierra. Kirchner tuvo todo a favor y con un ministro de Economía -Roberto Lavagna- cuidadoso y pulcro que garantizaba un camino sin sobresaltos.

La Argentina comenzó a caminar nuevamente con fuerza renovada y ello le permitió a Kirchner –como cualquier político- acariciar la idea de abrocharse en el poder. Lo demás es historia demasiado conocida.

Lo cierto es que un movimiento de los sectores productivos adheridos a la tierra, quebraron la hegemonía de un gobierno y revalorizaron al Parlamento argentino que a partir de ese momento dejó de ser la “escribanía” para pasar a jugar el verdadero papel de un poder del Estado como lo determina la Constitución Nacional.

No hay comentarios: