30.10.08

La Columna, edición del 30 de Octubre de 2008

Comportamientos individuales en la organización



Un hábito puede dejar desnudo al monje



Aunque puedan parecer nimios y muy personales, los malos hábitos individuales atentan contra la colaboración efectiva con otros, el desarrollo eficaz de procesos y la interrelación de tareas. Y así como acarrean costos netamente organizacionales, son una forma de autosabotaje que elimina posibilidades de vincularse y de crecer profesionalmente.


Un hábito es básicamente un conjunto de acciones que se ejecutan regularmente sin pensar. Se adquiere por la repetición de actos, se fortalece a partir de la facilidad de realización y genera acostumbramiento, transformándose en una especie de segunda naturaleza. Si bien los hábitos se adquieren individualmente, tienen connotaciones culturales y de acuerdo con los hábitos que desarrolla, cada persona se ubica en determinados grupos. Así, por ejemplo, quienes tienen la costumbre arraigada de llegar temprano al trabajo, ordenar su escritorio y contestar cada e-mail que reciben, suelen ser identificados como personas responsables.

Otros hábitos, como incumplir compromisos, no cuidar el aspecto personal o incluir continuamente malas palabras en una conversación, son valorados negativamente y hacen que quien los desarrolla quede como en una suerte de contraste que lo identifica como desubicado.

Los comportamientos negativos repetidos automáticamente irritan a los compañeros de trabajo, generan conflictos, y estiran los tiempos de producción. Con el paso del tiempo, las personas que sostienen esos patrones de conducta llegan a ser impopulares, se estereotipan en el rol del “chivo emisario” y les resulta muy difícil mostrar su eficacia y real valor.

Entre los hábitos que se consideran negativos en los ambientes laborales, podemos encontrar:

» No estar nunca preparado: “Siempre le faltan 5 para el peso, lo tenés que esperar, no trae lo que tenía que traer y encima, hay que prestarle los materiales”. Participar de reuniones, encuentros o sesiones de trabajo sin los elementos, el equipo o los datos que se requerían implica falta de respeto por los compañeros y de cuidado del propio hacer. La desorganización y la falta de planificación, el no concentrarse en la preparación de situaciones, da como resultado el desarrollo de esta costumbre que habilita el no tener todo, el depender de otros y la perdida de tiempo.
» Hacer la de uno: “No aguanto más. Nos ve correr como locos, sabe que no llegamos y sigue ahí, jugando al solitario en su computadora”. “Queda poco papel en la impresora, pero lo de ella siempre es lo más importante, lo primero, lo ineludible”. “Se cuelga horas del teléfono y nos tenemos que enterar todos de todo lo que le pasó a su familia”. Aun cuando el trabajo no sea de equipo, ser consciente de las necesidades de los demás facilita la colaboración. El hábito de preguntar si alguien necesita algo, por ejemplo, antes de ponerse a jugar o a hacer algo personal, siempre es bien recibido, sobre todo si se amplia con la disponibilidad de ayudar.
» Agredir como forma de comunicar. Hay personas que aun cuando quieren expresar afecto, o valoración, maltratan verbalmente. “Sos re creativo, vos, eh, debes estar un poco loco…”, “que suerte que vos estás siempre pegada a la silla, porque yo puedo contar con vos”, “¿y cómo vas a faltar vos que no tenés familia y vivís solo como un perro?. Y también están los que pegan puñetazos, dan empujones, tocan, sin tacto alguno. Este tipo de hábitos impactan negativamente a nivel individual y también van creando climas fuertes y conflictivos.
» Invadir espacios. “No sólo ocupa su escritorio sino que me llena el mío de migas y de esas semillitas que come”. “Llega, pone la cartera, la agenda, la llave del auto, todo, encima de los papeles en los que estamos trabajando… y se va a servir un café”. “Compartimos este armario, yo a la mañana y ella en el turno tarde… y ya avanzó tanto que no me dejó lugar”.
» Imponer responsabilidades. “Sale y te deja acá el celular para que lo atiendas. Ocho millones de cosas para decirle a los que llamen.”. “Siempre tenemos que entregar y pedir cosas por ella.” Dejar que otros se hagan cargo de lo que nos compete, comprometerse con demasiadas cosas de manera de tener que comisionar a otros para que hagan algunas, son costumbres que agobian y molestan a los compañeros de trabajo.

Desde el punto de vista de la gestión, los malos hábitos pueden contagiarse y transformar formas grupales de trabajo en círculos viciosos, por lo que se hace necesario corregirlos, y si esto no es posible, erradicarlos.

Para crear hábitos positivos o librarse de los negativos, es importante recordar:

» Enfocarse en crear o cambiar un hábito por vez. Dar vuelta una costumbre requiere energía, concentración, disponibilidad y tiempo. Hay que reconocerla, comprender en que acciones se sostiene, y trabajar sobre ellas. Tomar una por vez brindará claridad al proceso.
» Conocer porqué se lo hace. Será mucho más fácil adoptar un nuevo hábito o romper uno viejo si se sabe cuál es el objetivo a cumplir y qué beneficios se adquirirán. Saber qué se logrará actuara como motivador.
» Comenzar con algo pequeño y simple. Cualquier actividad que sea difícil, compleja, o que consuma mucho tiempo, no es la ideal para iniciar un hábito.
» Proponerse seguir por 30 días. Aunque suele decirse que un hábito se cambia en 21 días, mantenerse durante un lapso mayor dará confianza y aportará más información acerca de lo que funciona y lo que no.
» Crear un contexto de ayuda. Personas que pueden cooperar, ambiente físico favorable, materiales que hagan falta. Un calendario en el que marcar los avances. Imágenes o carteles que fortalezcan la decisión de continuar.

Adoptar hábitos positivos ayuda a vivir mejor. Estar alerta a descubrir las costumbres personales que no son bien consideradas para cambiarlas es una forma de incluirse adecuadamente en los ambientes laborales.

Recuadro:
Verde y sano
Algunas empresas están comenzando a sonar como las mamás. Instan a sus empleados a desarrollar hábitos saludables, comer verduras y salir a jugar al sol. El reciclado de materiales de oficina, las dietas vegetarianas, plantas y mascotas en los lugares de trabajo, el uso racional de la tecnología y el abandono del plástico son las propuestas actuales de muchas compañías para volverse más verdes. Asimismo, piden a sus empleados que ingieran frutas varias veces al día, que hagan recreos en los que caminan o juegan a la pelota en el parque, y que no fumen…ni siquiera afuera.

51 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo vuelvo locos a todos en la oficina porque me como las uñas ¿es este un hábito? ¿en qué mejoraría yo si lo cambio?
Isabel

Anónimo dijo...

Me parecio muy interesante el tema de quedar "desubicado" . Es así, a mi me ha pasado, porque me cuesta organizar mi espacio de trabajo y trabajando en un lugar, un dia me di cuenta que los que pasaban llegaban a tirar papels u otras basuritas al lío que era mi escritorio.
Me parece genial que trates estos temas en el diario.
Matías

Anónimo dijo...

"Los malos hábitos pueden contagiarse y transformar formas de trabajo grupales en círculos viciosos". ¡Qué frase para mi escritorio!
Gracias Andrea, muy buena la columna, como siempre vos poniendo el acento en cosas que , por lo obvias, dejamos de ver.
Mario

Anónimo dijo...

Me pegó la columna. Soy de los que dicen que los demás tienen que aguantarse como uno es, pero leyendo lo que escribiste me di cuenta de que a veces, siendo uno como es, se esta boicoteando a uno mismo.
Gonzalo

Anónimo dijo...

Tenemos una compañera que solo habla de lo que le pasa con el marido, un día tras otro día. Es un hábito, nosotras no le contestamos o la dejamos hablar, es molesto, incómodo.
¿Cómo se puede solucionar? Ya le dimos a leer tu columna, como si tal cosa.
Beatriz

Anónimo dijo...

Es que a veces Andrea, el hábito no es tan negativo, o se tolera, pero con el tiempo, y la repetición, llega el cansancio...y ya a esa altura ¿como le decis?
Marta

Anónimo dijo...

Sirve que uno le diga a otro que cambie un hábito? Yo he vuelto loca a mi mujer para que no coma dulces y sin embargo...
Gastón

Anónimo dijo...

Me impactó el titulo de la nota y luego al leerla me pareció adecuado, asi como la foto. Es la primera vez que llego a este blog pero recorriendolo quiero felicitarlos por el cuidado de cada columna, con el tema, la foto, los comentarios. Creo que esta felicitación va a Andrea, al diario que le da lugar y a la gente que deja mensajes.
Mercedes

Anónimo dijo...

La columna es decididamente un buen hábito Andrea, felicitaciones!
Alicia

Anónimo dijo...

¿Asi que incumplir compromisos es un hábito nocivo? Como es eso?
Beltrán

Anónimo dijo...

¿Cómo cambio las acciones que tengo hechas hábito? Me podes dar mas datos ?
Gracias
Clara

La Columna dijo...

¡Hola Isabel!

Comerse las uñas es un hábito, si, y que evidentemente molesta a los demás y no tiene las mejores consecuencias para vos. Cambiarlo tendría, visto desde afuera ya que esta respuesta te la tenes que dar vos, el beneficio de quitar una molestia a los demás y liberarte vos de sus recomendaciones y críticas. ¡qué otras cosas positivas crees que te motivarían a cambiar?
Hasta pronto
Andrea

La Columna dijo...

¡Gracias Matías!
Es que los demás, o critican, o aprovechan, o se adaptan al desubique de los demás, lo incorporan, aun como desubicado al sistema general.
Hasta pronto
Andrea

La Columna dijo...

¡Gracias Mario!
Hasta pronto
Andrea

La Columna dijo...

¡Hola Gonzalo!

Al menos quitándose posibilidades , cerrando contactos, achicando el área de acción.
Hasta pronto
Andrea

Anónimo dijo...

¡Hola Andrea!
Podes escribir una columna sobre las mentiras en el trabajo?
Ana Belén

La Columna dijo...

¡Hola Beatriz!

Mas que intentar influir "como si tal cosa" ¿por que no le hablan directa y consideradamente? ¿se han preguntado si ella no esta buscando un ambiente contenedor para comentar las cosas que le afectan? Busquen una manera de poner esto sobre la mesa,comentenle qué les molesta sin juzgarla y denle también la oportunidad de hablar al respecto.
Hasta pronto
Andrea

La Columna dijo...

¡Hola Marta!
Como si la molestia fuera nueva, sin recriminar los años o el tiempo que pasó , porque es un tiempo que se construyó entre los dos, o entre los que participaron (alguien con el hábito y otros tolerándolo). Comunicando claramente qué es lo que molesta, ayudando al otro a ver esto.Buscando estrategias para los dos lados. Vos trata de no hacer esto, nosotros te vamos a ayudar así...
Hasta pronto

La Columna dijo...

¡Hola Gastón!

Uno no puede cambiar o hacer cambiar a los otros, uno puede decir lo que a uno le molesta de lo que el otro hace, acordar modos, proponer ayuda.
Hasta pronto
Andrea

La Columna dijo...

¡Gracias Mercedes!
Bienvenida al blog.
Hasta la próxima
Andrea

La Columna dijo...

¡Gracias Alicia!
Andrea

La Columna dijo...

¡Hola Beltrán!

Es un hábito nocivo porque mina la confianza de los otros, te hace ver como una persona irresponsable, va en contra de tu imagen.
Hasta pronto
Andrea

La Columna dijo...

¡Hola Clara!

Sacándolas de la transparencia, haciéndolas obvias y reconociéndolas. Descubriendo cuál es el beneficio de sostenerlas y cambiandolas por otras que puedan darte lo mismo pero que no sean nocivas, o que sean buen recibidas.
Hasta pronto
Andrea

Anónimo dijo...

¿Los gobiernos tienen malos hábitos?
DM

Anónimo dijo...

Entonces, el hábito no hace al momje pero molesta a los otros?
Juan

Anónimo dijo...

Ay Andrea, no podiamos entrar desde esta mañana. Nos diste vuelta con el comentario. Máscaras y máscaras por miedo, por inseguridad, por temor al rechazo.
Nos encantó tu charlita de hoy y morimos por ver la columna del jueves ¿vas a hablar de fútbol?
Los amigos de la oficina gris

Anónimo dijo...

Buenísimo lo de esta mañana en la radio...ahora ¿me podes explicar mejor porqué no es hipocresía?
Agustín

Anónimo dijo...

O sea que al que se queja a repetición igual hay que escucharlo aunque siempre diga lo mismo?
Valeria

Anónimo dijo...

Yo he dicho lo que no sentía por temor a perder a mi pareja, y al final, cuando la perdí, me reprochó no haber sido yo misma. Esta mañana me sentí muy representada por lo que decías.
Melina

Anónimo dijo...

Teníamos un jefe que quería robots...dos de nosotras nos fuimos pero las que se quedaron se convirtieron en eso...
Me gusta mucho lo que escribis y tambien lo que hablas en la radio.
Anahí

Anónimo dijo...

Yo estoy con el Oso, para mi es falsedad.
Peque

Anónimo dijo...

Muy lindo lo de esta mañana. Sigue gustándome el dúo.
María

Anónimo dijo...

Te escuché esta mañana de casualidad en un negocio y me recopé con el tema, asi que anoté el blog y descubrí un monton de columnas que me interesan y tambien un montón de mensajes y respuestas a mensajes que complementan las columnas. Esto es genial!
Titi

Anónimo dijo...

A mi me gusta este hábito que he desarrollado de escucharte los martes y leerte los jueves.
Gracias
Nélida

Anónimo dijo...

Me encantan las columnas y también esa suerte de diálogo que hacen con el Oso. Soy una fan!
Fernanda

Anónimo dijo...

Qué queres que te diga, para mí también son hipócritas los que dicen otra cosa que la que sienten...
o no?
Leo

Anónimo dijo...

Uno desarrolla los hábitos desde qué edad?
Charlie

La Columna dijo...

¡Hola Ana Belén! Gracias por proponerme ese tema, lo voy a tener en cuenta.
Hasta pronto
Andrea

La Columna dijo...

¡Hola DM!
Los gobiernos están conformados por personas y son organizaciones. Puede decirse que tienen hábitos refiriéndose a actos repetitivos, modos o formas que vuelven a aparecer.
Hasta pronto
Andrea

La Columna dijo...

¡Hola Juan! Molesta a los otros y puede ir absolutamente en contra de quien lo tiene.
Hasta pronto
Andrea

La Columna dijo...

¡Gracias amigos!
Esperen a mañana y después me comentan qué les pareció.
Hasta pronto
Andrea

La Columna dijo...

¡Hola Agustín!
No necesariamente es hipocresía. Mucha gente dice o hace lo que el otro quiere oir no con la intención de mentirle sino como modo de defensa, por temor, por supervivencia. Yo veo al hipócrita como un impostor, que tiene dos caras.
Hasta pronto
Andrea

La Columna dijo...

¡Hola Valeria!
Ya al repetir la queja está diciendo algo, pero además, si un día cambia y uno se lo pierde por creer que va a decir lo mismo...Quizas la llave de esa queja habitual esté en una pregunta interesada del otro lado...
Hasta pronto
Andrea

La Columna dijo...

¡Gracias Melina!
Hasta pronto
Andrea

La Columna dijo...

¡Gracias Anahí! Por suerte pudieron salir del círculo.
Hasta pronto
Andrea

La Columna dijo...

¡Hola Peque!
Esta bien, cada uno tiene la libertad de pensar lo que quiere. Yo sigo diciendo que a veces puede serlo, pero otras es otra cosa.
Hasta pronto
Andrea

La Columna dijo...

¡Gracias Titi! Bienvenida al blog!
Hasta la próxima
Andrea

La Columna dijo...

¡Gracias a vos Nélida!
Andrea

La Columna dijo...

¡Gracias Fernanda!
Andrea

La Columna dijo...

¡Hola Leo!
Puede ser, para mi no siempre lo son...
Hasta pronto
Andrea

La Columna dijo...

¡Hola Charlie!
Desde que empieza a hacer cosas...a tempranísima edad nos ayudan a desarrollar hábitos (tomar una siesta, comer a tal hora), otros los desarrollamos sin darnos cuenta, como chupar el dedo para dormir o dormir con una mantita.
Hasta pronto
Andrea