6.11.08

Enfoque, Barack Obama en la Casa Blanca: Los nuevos pasos políticos en el mundo.Domingo 9 de Noviembre de 2008




Escribe: Juan R. Nazar
Director de La Opinión

La principal potencia global dio un golpe de timón en su conducción al desalojar a los republicanos del mando. La guerra de Irak y la crisis financiera son dos aspectos de la herencia para el nuevo presidente demócrata. Cuál es el papel de nuestro país en un nuevo contexto mundial.

La era Bush, felizmente ha terminado. Pero de aquí al 21 de enero de 2009, que asume el nuevo presidente electo, se teme el “frenético saqueo final del erario antes de entregar las llaves de la caja fuerte” (Naomi Klein).
No es distinto de otras épocas. Cuando el colonialismo en América se encontró con el final, antes de retirarse, dejaron también tierra arrasada. Los portugueses en Mozambique, en los años setenta (ayer) solían derramar concreto por los agujeros de los ascensores para que no volvieran a funcionar. Esa inmensa partida de 700.000 millones de dólares, era para convertir al Estado en una inmensa aseguradora de Wall Street –dice Naomí Kein- una red de protección para las personas que menos lo necesitan a expensas del dinero del pueblo, que más lo necesita.

PROTECCIONISMO

El partido demócrata de los Estados Unidos es más proteccionista que el partido republicano, que como bien conservadores dejan todo librado a lo que ellos consideran “las fuerzas del mercado”.
Sin dudas que Barack Obama está obligado a cumplir con sus promesas electorales y con el programa de su partido. Es bueno aclarar que en los Estados Unidos, el presidente debe responder al partido y no al revés, como ocurre en la Argentina y en muchos países de Latinoamérica, generalmente los menos desarrollados, que se guían por sus caudillos.
Barack Obama, como Kennedy, o como Roosevelt, es un verdadero líder –que tendrá que confirmarlo en el gobierno-, pero tiene detrás a un partido político sólido al que tendrá que consultar permanentemente, sobre todo a los legisladores, que no están “pintados” sino que son personas fogueadas de la política, que le van a pedir explicaciones por cada proyecto de ley que envíe al Congreso. El proteccionismo puede ser bueno para EE.UU. no así para los países de la periferia, pero es política de Estado para Obama.

ECONOMÍA

En esa línea de acción, la primera medida del nuevo presidente será restablecer la economía y evitar que millones de norteamericanos se queden sin casa, sin trabajo y sin salud.
El trabajo de Bush fue como el huracán Katrina que dejó a cientos de miles de personas sin hogar. Ahora millones de norteamericanos piden un presidente que escuche sus clamores. Ese frente interno está ligado también con la política exterior.
No le será posible seguir gastando miles de millones de dólares para sostener a un ejército de 160.000 soldados en Irak, una guerra estúpida provocada mediante el recurso de falsos datos entregados al Congreso con el pretexto de que Saddam Huseeim poseía armas de destrucción masiva, que ponían en riesgo los intereses nacionales de los EE.UU., una monumental mentira urdida y sostenida además por el vicepresidente Cheney, con la complicidad de los núcleos belicistas de Israel, para hacer también de la guerra un gran negocio privado.
En los planes de Obama está el levantamiento de la base de Guantánamo, donde hay cientos de prisioneros en un limbo legal. Uno de los hechos más atroces de una guerra no declarada.

FRENTE EXTERNO

No es el mejor panorama el que enfrenta el presidente electo. Su antecesor le deja un país con una deuda pública de billones de dólares.
Un frente externo sumamente complicado. Con el retiro de las tropas de Afganistán –que todavía se mantendrían- y de Irak, tendrá que asegurar la tranquilidad interna de esos países, donde se dejó mucho odio interreligioso y un gobierno títere a quien nadie en esas regiones reconoce.
Tendrá EE.UU. que ayudar a la reconstrucción, y que esa tarea no se convierta en un colosal negociado de las empresas del vicepresidente de Bush el señor Cheney, que ya se encuentran allí para “colaborar” en la reconstrucción, porque para eso provocaron la guerra y para quedarse con la cuarta cuenca petrolífera del mundo.
El liderazgo mundial ya no se logra únicamente mediante el uso de la fuerza o por el poderío económico. Confluyen para ello varios factores importantes, muchos de los cuales tienen que ver con los valores morales de una sociedad.
Y el ciudadano medio de los Estados Unidos cree en esos valores que le permitieron forjar una gran nación. El hecho mismo de que Obama haya sido electo –impensable hace algunas décadas- demuestra el desarrollo que ha experimentado una sociedad que eliminó muchos de los antiguos tabúes, y que hoy asume con coraje el observar su propio rostro.
El mundo que celebró con alegría el triunfo de Obama, tendrá que tomar nota que se abre una nueva perspectiva en el plano internacional. Hasta los más duros adversarios de la potencia del norte, observan con optimismo la posibilidad de inaugurar una etapa de diálogo constructivo, salvo aquellos que pertenecen a los sectores reaccionarios de la derecha más recalcitrante, que harían lo imposible para que Obama no existiera. Muy a pesar de ellos Obama existe, es el presidente de la Nación más poderosa de la tierra y puede venir a inaugurar un nuevo tiempo en la historia moderna.

VIENTOS EN POPA

Los que habitamos en este lugar del continente, sobre todo sus gobernantes, deberán tomar conciencia de esta nueva realidad, que es auspiciosa.
El gobierno de la Argentina especialmente, tendrá que abandonar esa actitud cerril, de confrontar contra el portón, para ensayar una diplomacia inteligente, abierta al diálogo, pero para ello hace falta diseñar una política en materia de relaciones exteriores y dejar de improvisar permanentemente, a impulsos de los humores cotidianos del habitante que ocupa la quinta de Olivos.
Durante estos cinco años han venido soplando vientos de popa en el orden internacional y todo parecía que se debía a la genialidad de nuestros gobernantes. Ahora el viento cambió de dirección y sopla de frente, y es ahí se muestra la capacidad del capitán para navegar sobre aguas tempestuosas.

ARGENTINA Y LATINOAMÉRICA

La Argentina, con Brasil y México, están en condiciones de liderar un proceso de cambio en Latinoamérica, si abandonan criterios estrechos de falsos nacionalismos. Pero lamentablemente, lo hecho hasta ahora por nuestro gobierno es tan pobre como decir nada. No hemos podido resolver los cortes provocados por un grupo de personas de Gualeguaychú, y cuando intervinimos lo hicimos tarde y mal. . Gritamos mucho en la tribuna y nos mostramos muy guapos, y nos falta entereza y convicción para resolver un incidente menor. No hay gobierno en el mundo que permita ser desplazado en lo que concierne al manejo soberano de las relaciones exteriores que irresponsablemente dejamos en mano de particulares.
Por lo demás, para entablar relaciones maduras con la primera potencia mundial, que hoy exhibe a un nuevo líder, deberíamos haber crecido lo suficiente para ser creíbles.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Como se nota que Falcón no está, se pusieron más reaccionarios que la mierda...

Anónimo dijo...

Por lo menos es bueno que blanqueen que son de derecha.