Escribe: Juan Nazar Lebnen
Director de La Opinión
Después de 25 años de continuidad democrática, en cuyo período hubo de todo, se supone que los argentinos debiéramos haber aprendido lo suficiente como para no caer en crispaciones, acusaciones mutuas, intolerancias, y toda la gama de dialéctica que define a los violentos. En tiempos de Alfonsín, hubo un connato de rebelión protagonizado por el teniente coronel Aldo Rico en la semana Santa de 1987. Una multitud impresionante se había convocado en la Plaza de Mayo para apoyar al gobierno democrático. El militar alzado estaba atrincherado en campo de Mayo para imponerle exigencia al presidente de la Nación. Alfonsín había salido al balcón de la Casa Rosada para saludar a la multitud y aparecía sereno, luego toma un helicóptero y se dirige a Campo de Mayo para dialogar con Aldo Rico.
La multitud en la plaza está en tensa espera y el país entero se estremece ante un nuevo golpe de Estado. Al término de algunas horas aparece el presidente Alfonsín en el balcón de la Casa Rosada acompañado del vicepresidente Martínez a un costado y en el otro costado Antonio Cafiero, éste como garantía de que la oposición representadas por el peronismo estaba resuelto a defender el orden constitucional. Alfonsín, entonces se dirige a la multitud y pronuncia las célebres palabras que quedaron en la historia: “la casa está en orden. Felices Pascuas”. Decepción en los rostros de la gente, que esperaba medidas ejemplarizadoras. Hubo desconcentración silenciosa, masticando bronca y desesperanza.
EL JUICIO
Frente a ese acto fallido del gobierno constitucional de quien se esperaba una reacción enérgica frente a un coronel alzado, Alfonsín dispone el enjuiciamiento de la Junta Militar por la violación de los derechos humanos. Sobre este tema había denuncias sobre desaparición de personas, torturas, muertes, aviones cargados de jóvenes a quienes les aplicaban una inyección para adormecerlos, y desde donde los lanzaban al mar. Eran los conocidos “viajes de la muerte”.
No pocas veces aparecían al tiempo cadáveres en las playas de las costas bonaerenses que para el común de la gente no tenían explicación.
En una situación muy complicada, donde las fuerzas armadas estaban intactas como en los tiempos de la dictadura militar y con ánimo belicoso, casi en pie de guerra, el Presidente Alfonsín dispuso el enjuiciamiento de los integrantes de la Junta Militar, integrada por Videla, Agosti y Massera. Las denuncias sobre violación de los derechos humanos arreciaban en el exterior, a punto tal que en plena dictadura militar, el gobierno de Estados Unidos, presidido por Jimmy Carter, envió a la Argentina para interiorizarse de la situación, a la subsecretaria de derechos humanos, Patricia Derian, que elevó un informe demoledor sobre lo que estaba aconteciendo en el país. A pesar de todas las trabas que le imponía la Junta Militar para el cumplimiento de su función, la funcionaria se las arreglaba para hablar con todos los que podía: dirigentes de partidos políticos opositores, sindicalistas, sacerdotes, profesores de las facultades, organismos de derechos humanos, periodistas, escritores, etc.
EL GOBIERNO
Durante el gobierno de Alfonsín, se constituye el tribunal de enjuiciamiento de los integrantes de la Junta Militar, que tuvieron que sentarse en el banquillo de los acusados. El fiscal acusador Julio Strassera hace un alegato describiendo minuciosamente los crímenes cometidos por la Junta Militar, sin juicio previo, el uso de la tortura a límites inimaginables contra los detenidos, los fusilamientos clandestinos, las violaciones de las prisioneras, el robo de bebés nacidos en cautiverio, la desaparición de personas (Balbín declararía en España que “los de-saparecidos están muertos”).
El autor de esta nota, fue uno de los primeros sobrevivientes que fue citado por el fiscal Strassera para declarar ante el tribunal. No era fácil para alguien que jamás había pisado un tribunal, enfrentar a los magistrados y a un fiscal acusador, ante una sala colmada de público, periodistas nacionales y extranjeros.
Un ámbito solemne y mil ojos que se posaban sobre el declarante, quien aún sufría las secuelas físicas y psicológicas del encierro durante 14 meses. No había pasado mucho tiempo en que el diario La Opinión, fuera intervenido por la Junta Militar. Allí estaba, de pie frente el micrófono, su director, el autor de esta nota declarando frente el tribunal y respondiendo las preguntas del fiscal acusador. Había cumplido el último acto de un recorrido trágico de una etapa siniestra de la historia argentina.
Rescato de la presidencia de Raúl Alfonsín, su firme defensa de los derechos humanos, y si bien se dictó durante su gestión las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, fue una imposición de las circunstancias políticas.
LA HISTORIA
Alfonsín se encuentra en una situación inmanejable. El programa económico de Sourruille fracasa rotundamente y se produce un proceso hiperinflacionario. Ante esa situación el Presidente envía un mensaje al país donde expresa que “la acción de gobierno se encuentra demasiado agotado para enfrentar con probabilidades de éxito problemas que cualquier demora acarrearía mayores padecimientos para todos”.
Convoca a elecciones generales el 12 de octubre de 1988 para el 14 de mayo de 1989. Carlos Saúl Menem es candidato del justicialismo y resulta electo con el 47,49% de los votos.
Menem aplica durante su gobierno un programa ultraliberal, y el ministro de economía Domingo Cavallo, tiene superpoderes para poner en ejecución esa política de apertura indiscriminada de la economía que destruyó la industria nacional y produjo el mayor desempleo conocido en la historia de los últimos tiempos.
Menem pretendía colocar al país en el primer mundo, con una alineación incondicional con Estados Unidos. Modernizó algunas áreas del estado, privatizó los servicios públicos y llegaron los teléfonos a la Argentina, algo que ocasionaba padecimientos a la población que esa altura del progreso no podía comunicarse ni a la Capital Federal que daban demoras mínimas de 4 horas. Para demostrar la adhesión argentina a los Estados Unidos, mandamos buques de guerra al golfo Pérsico cuando se declara la guerra contra Irak y nos declaramos aliados extra OTAN.
LOS DERECHOS HUMANOS
Desde el comienzo de los gobiernos constitucionales, los derechos humanos jugaron un papel preponderante en la vida nacional. Lograr en plena dictadura, por gestión de los políticos de la oposición ante el gobierno de Carter, que viniera al país Patricia Derian y elevara un informe demoledor a su gobierno y a la cámara de representantes de los Estados Unidos, no es poca cosa.
A partir de ahí la Junta Militar comienza su decadencia y para salvarse inventan Malvinas. Entre tanto, miles de compatriotas agonizaban en las cárceles del país, otros morían mutilados y torturados.
Este gobierno de los Kirchner, han hecho de los derechos humanos una de sus banderas. Esta bien, pero advertimos que los derechos humanos no son una consigna política, para uso y conveniencia de la política menor.
3 comentarios:
La nota tiene errores increíbles.
A saber: "Alfonsín, entonces se dirige a la multitud y pronuncia las célebres palabras que quedaron en la historia: “la casa está en orden. Felices Pascuas”. Decepción en los rostros de la gente, que esperaba medidas ejemplarizadoras. Hubo desconcentración silenciosa, masticando bronca y desesperanza".
La plaza fue una fiesta, no hubo ni bronca ni decepción.
"Frente a ese acto fallido del gobierno constitucional de quien se esperaba una reacción enérgica frente a un coronel alzado, Alfonsín dispone el enjuiciamiento de la Junta Militar por la violación de los derechos humanos".
El juicio a las Juntas se hizo en el '85, y el alzamiento carapintada fue en el '87, precisamente para anular las condenas a los represores.
Pienso que tendría que haber una rectificación.
Mis respetos para Don Juan Nazar, autor de la nota.-
Creo que todos los Argentinos esperabamos otra cosa de parte del Dr.Alfonsin, pero debemos agradecerle que aùn a costa de que la historia lo juzgue no muy bien el logrò que nuestros primeros pasos en democracia NO SE CORTARAN, he votado por Alfonsìn y he renegado con Alfonsìn por pactos que no me gustaron, por defender a algunos de sus correligionarios dentro de la prov. de Buenos Aires, pero en la balanza de mi recuerdo sobre èl quiero decir que me guardo lo mejor, que fue preservar la democracia para nosotros.-
En cuanto al gobierno de los K, a los cuales tambien votè, quiero decir humildemente que el tema de los derechos humanos en cuanto el juicio por crìmenes cometidos en la ùltima dictadura, en juzgar a los que se apropiaron de recien nacidos en cautiverios, es lo que corresponde es màs CREO QUE QUIENES COMETIERON DELITOS ABERRANTES EN ESA EPOCA HOY GOZAN DEL DERECHO DE TENER UN BUEN ABOGADO, DE PRESENTARSE A UN JUEZ Y ESTAR VIENDO A SUS FAMILIARES, oportunidad que probablemente en los 70 no tuvieron aquellos militantes que ya no estan.-
Somos una democracia joven,confiemos en la Argentina que se intenta construir, participemos todos,y tambien hagamos ver al gobierno que los Derechos Humanos no es solamente juzgar al represor, sino que defender los derechos humanos es LLEVAR AGUA POTABLE Y CLOACAS AL QUE NO TIENE, es HACER MEDICINA PREVENTIVA en los sectores carenciados, ES AYUDAR A TENER UNA NIÑEZ BIEN ALIMENTADA, que es cuando el niño desarrolla toda su capacidad de adquirir conocimientos, ES GARANTIZAR ALIMENTO A TODOS AQUELLOS QUE NO PUEDEN TENER ACCESO AL MISMO, es GENERAR TRABAJO DIGNO.-
Quiero decir con esto que los derechos humanos nos compete a todos, a Ud y a mi, como parte integrante de esta sociedad tengo la obligaciòn moral de generar todo aquello que este a mi alcance para hacer una sociedad MAS JUSTA, MAS INDEPENDIENTE, MAS SANA, MAS CULTA, MENOS DIVIDIDA, MAS PARITICIPATIVA,MAS PENSANTE Y POR SUPUESTO.... PLURALISTA, sino estariamos en problemas.-
Que asi sea
Nuevamente mis respetos al Sr. Juan Nazar
El comentario del Se Dice criticando los mensajes anónimos parece burla.
Si se equivocaron tienen que reconocerlo nada más y no insultar.
Les recuerdo que el Se Dice justamente es una sección que no lleva firma, así que le cabe al diario también el anonimato y el animarse a publicar el nombre de los que escriben. Empecemos por casa.
Hace unos días en esa sección se publicó una denuncia grave sobre acosos, ¿eso no es utilizar el anonimato?. Y otra cosita más: en este blog, el lector tiene la posibilidad de tildar la opción Anónimo al momento de firmar. Entonces reniegan e algo que ustedes mismos crearon.
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