27.3.08

¿Es la hora de un nuevo tiempo para la Argentina?Martes 1 de Abril de 2008

Escribe: Juan Nazar Lebnen
Director de La Opinión

¿Peronismo o antiperonismo? Totalmente falso. No se trata de una cuestión político-partidaria. Afortunadamente esa dicotomía ha sido superada ampliamente por la realidad. Un ejemplo muy cercano lo tenemos en el Concejo Deliberante de Trenque Lauquen, donde oficialistas y opositores llegan a entendimientos constructivos sobre los temas que interesan a la comunidad. Eso es un gran adelanto. Debemos reconocer la amplitud de criterio que inspira a nuestros ediles, que más allá de las diferencias, se someten a las necesidades del interés común. Una actitud plausible también la del intendente Jorge Barracchia que no puso reparos para un análisis más detenido de la ordenanza impositiva.
En esa línea de comprensión propensa al diálogo, se enrolan los dirigentes del partido oficialista, como la del ex diputado Nicolás Dalesio y del Presidente del PJ de Trenque Lauquen Rosendo Moreda, que han expuesto sus opiniones sobre el tema con independencia de compromisos partidarios.
No se observa la misma actitud en el gobierno nacional abroquelado en posiciones intransigentes. En una democracia evolucionada es muy edificante no encerrarse en los marcos limitados de un partido político, y es un gesto de grandeza sentarse a negociar sin prejuicios.

PLANTEOS CON CORAJE

Aceptar los hechos de la realidad no significa la renuncia a las convicciones profundas, por el contrario, el poder de negociación con los poderes, sean gubernamentales, o los que derivan de quienes poseen la fuerza en términos económicos, tiene a su favor el consenso de la opinión pública.
Contra esa realidad no pueden competir las fuerzas de choque de los D’Elía o de los nuevos ricos como los Moyano. Por eso le asignamos un gran valor a los que se plantan con coraje para decirle al poder político central que se debe responder a las demandas de un pueblo que acompaña a los hombres y mujeres del campo.
Esos hombres y mujeres, con niños en los brazos, están defendiendo sus intereses que no son únicamente los propios; lo son de la producción, de las tierras de la Argentina profunda, de los que aguantan estoicamente, la sequía, las inundaciones, las heladas, los soles que agrietan la tierra, los vientos inclementes que asolan y arrasan las praderas.
Quien esto escribe, no lo hace desde la tribuna ideológica, que la tiene y la defiende a costa de cualquier riesgo, porque nació y creció en una chacra, con todas las privaciones, donde para comer pan había que amasarlo. Y para tomar leche, ordeñar unas vacas flacas.

ASIGNATURA PENDIENTE

No nos enseñan los problemas del campo los burócratas que discursean, menos aún los dueños de las grandes extensiones que nunca pisaron el barro. En este tema hay una asignatura pendiente que tendremos que discutir; lo haremos en tiempo y forma, y no desde la ideología, a la que no renunciamos.
Lo haremos en función de la productividad que no tiene que ver con las 50, 100, 500, o más hectáreas, sino con los índices de productividad y de la redistribución del ingreso.
Esta lucha de los productores no tiene signos políticos partidarios y mucho menos intenciones desestabilizadoras. Es la bisagra de un nuevo tiempo en la Argentina. Bien vale reflexionar sobre el significado profundo de esta movilización sin precedentes.

N de la R: Estas reflexiones fueron escritas horas antes de los discursos oficiales.

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