14.2.08

El fenómeno Barack Obama.Martes 19 de Febrero de 2008

Escribe: Juan R. Nazar
Director de La Opinión

Tiene 46 años, es abogado formado en Harvard, ocupa una banca en el senado desde 2004 y se postula para la presidencia de los Estados Unidos por el partido demócrata compitiendo con Hillary Clinton en la interna por alcanzar la nominación. Barack Hussein Obama, es hijo de Barack Obama, que nació en una pequeña aldea de Kenia, donde creció cuidando un rebaño de cabras junto a su padre que trabajaba como criado de una familia británica, cuando éstos ocupaban el territorio africano.


La madre de Obama, Ana Dunham, creció en un pequeño pueblo de Kansas. Fue en la universidad de Hawaii, donde los padres de Barack se conocieron. Su padre logró una beca que le permitió salir de Kenia rumbo a los Estados Unidos donde cumplir sus sueños. Barack se crió junto a su madre en Hawaii, y por algunos años en Indonesia, luego regresó a Nueva York, donde se graduó en la Universidad de Columbia en 1983, completando sus estudios de derecho en la Universidad de Harvard.

LEGISLADOR AFROAMERICANO
Obama es el quinto legislador afroamericano en el senado de los Estados Unidos y el segundo demócrata, actualmente compite por la candidatura para las elecciones presidenciales de este año, por lo que podría convertirse en el primer presidente afroamericano de la historia de los Estados Unidos. Este joven senador ha ganado enorme popularidad dentro y fuera de su partido. Puede ser la gran revelación demócrata, después de John F. Kennedy en los años ’60. Se convierte además en la gran esperanza luego de los gobiernos conservadores de Ronald Reegan, Bush (padre) y Bush (hijo), que han llevado a los Estados Unidos a la guerra y a crisis económicas y financieras con repercusión en los mercados mundiales. En un reportaje que publica el diario Perfil en su edición del domingo 17, Obama se define como el candidato de la gente común, en contra de la «política vieja». Allí admite también que su adversaria en la interna demócrata lleva alguna ventaja por el conocimiento que la gente tiene de «la marca Clinton».

IMAGEN MUNDIAL
Escribe Fontevecchia que «un presidente negro le sería muy útil a los Estados Unidos para reparar su imagen mundial, especialmente frente a los países en vías de desarrollo tras el daño producido por ocho años de Bush». Orador de verba cautivante, Obama manifiesta una enorme convicción en lo que dice cuando afirma que « el pueblo americano necesita desesperadamente un presidente que esté escuchándolos en los problemas que están atravesando, y quisieran a alguien en quien poder confiar». Se muestra sencillo, directo, y trasmite humildad. Su brillante oratoria transforma el clásico discurso político en un ameno diálogo con la gente. Es la contracara de lo que se ha visto en las últimas décadas en los Estados Unidos. Puede ser la gran revelación, aunque nadie desconoce las dificultades que se le pueden presentar a un candidato que intente establecer equilibrio en un sistema gobernado por quienes manejan el poder real de la economía y las finanzas mundiales.

EL MUNDO, ATENTO
El mundo está expectante por estas elecciones en el país del norte, como hace muchos años que no ocurre. Se espera un cambio y si ese cambio no se da en la primera potencia del mundo, es casi imposible que la situación del status quo se modifique por obra de las políticas que adopten los países menores, cuyo producto bruto no tiene incidencia en la economía mundial. Aunque esto pueda resultar incómodo y políticamente incorrecto, los factores de poder se manejan con esos parámetros.
Recientemente, en una entrevista poco difundida entre el presidente de Francia Nicolás Sarkozy y Lula Da Silva de Brasil, celebrada en la frontera de la Guayana francesa, el mandatario galo firmó acuerdos de suma trascendencia para ambos países, pero en especial para la potencia sudamericana que construirá varios submarinos impulsados por energía nuclear con asesoramiento científico de Francia. Además, el jefe de gobierno francés le concedió a Brasil el status de potencia para integrar el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
En el nuevo tablero de la política internacional, aún no se vislumbra el juego de la Argentina, que en los últimos años estuvo ausente de las grandes decisiones, y con frentes conflictivos en la región, y relación nada fluída con los países de Europa y los Estados Unidos.

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