17.1.08

Moisés Lebenshon y Arturo Frondizi: Semblanzas y perfiles de dos políticos.Domingo 20 de Enero de 2008

Escribe: Juan R. Nazar
Director de La Opinión

Lebenshon lideró una cruzada en el interior de la UCR en contra de las viejas estructuras partidarias que habían cedido ante el régimen conservador, en la década del ’50 estuvo en Trenque Lauquen. Frondizi desarrolló una presidencia clave en la historia nacional y su figura es recordada como la de un estadista.

Abordaremos en superficial semblanza algunos aspectos de la personalidad de dos políticos argentinos que tuvieron marcada influencia en el bagaje doctrinario del país, a excepción de Juan Domingo Perón, que marcó durante más de 50 años el escenario político de la Argentina, un hecho excepcional en el continente americano y del mundo.
Siempre, indefectiblemente, el nombre de Perón estuvo asociado a todos los gobiernos civiles y militares, ya sea para las grandes coincidencias o para el enfrentamiento. Aún en el exilio, el nombre de este inigualable conductor de masas y estratega de talento poco común, definió la conducta de amigos y opositores. Hubo, sin embargo, grandes hombres que se distinguieron por su pensamiento y acción de innegable valor a la hora del análisis histórico alejado de las pasiones del momento.

MOISÉS LEBENSHON
Nos referiremos en esta nota a Moisés Lebensohn y Arturo Frondizi. El primero de ellos, abogado y periodista, fundador del diario Democracia de Junín, tuvo su primera militancia en el socialismo. Más tarde se afilia al radicalismo, y desde allí inicia una especie de cruzada en contra de las antiguas estructuras del partido que en cierto modo se habían esclerosado y en cierto modo aceptaban las reglas de juego que imponía el sistema conservador del fraude y la complicidad con los intereses espúrios que reglaban la política argentina.
Labensohn se alinea tempranamente en el sector renovador del radicalismo, junto a Amadeo Sabattini, el gurú cordobés que habla con sus silencios antes que con sus palabras, y en esa dirección con sus particularidades, estaban Ricardo Balbín, Arturo Frondizi, Arturo Illia, Crisólogo Larralde, Gabriel Del Mazo, Julio Hoyanarte, entre otros muchos de valores políticos notables.
Sostenía por entonces que el radicalismo carecía de “ejemplos morales y coraje para hacer las reformas vitales de justicia social, que afectan intereses económicos de los sectores privilegiados”. El programa transformador que proponía adquiere forma en el Congreso de la Juventud en Chivilcoy en may de 1942. Lebensohn se sitúa en la oposición al peronismo, pero reconoce la importancia de las conquistas sociales del gobierno de Perón, lo que habría de generarle no pocas enemistades dentro de su partido. Mantuvo durante mucho tiempo amistad con Eva Perón, que aún en las diferencias solían encontrarse en sitios públicos para compartir una charla y un café.

EN LA CIUDAD
En 1950 preside el Comité Provincia del radicalismo y en 1952 preside la Convención Nacional de su partido.
Si la memoria no me es infiel, en 1950 vino a Trenque Lauquen, y en un acto público realizado frente a la conocida tienda El Coloso, en la esquina de San Martín y 9 de Julio, habló por espacio de dos horas frente a un auditorio de no más de 20 personas.
Por entonces el comité local no simpatizaba con sus originales planteos que estaban fuera del esquema tradicional conocido de la antigua conducción partidaria.
Extrañamente, por su oposición al gobierno fue a la cárcel y por sus coincidencias fue tildado de “traidor” dentro de su partido. Cierta vez, siendo muy joven, me tocó estar en una mesa muy próximo a Ricardo Balbín –al que veía como un gigante- y tuvo palabras condenatorias para Lebenshon a tal punto que en un rapto de enojo por la prédica de su correligionario, expresó que era “un marxista infiltrado en el radicalismo”. Así estaban las cosas, cuando un tiempo después, Labenshon muere de un ataque cardíaco a los 45 años.

ARTURO FRONDIZI
El presidente intelectual impulsor de lo que se conoció como ideas desarrollistas y uno de los políticos más polémicos de la historia argentina. Nació en Corrientes en 1908. Su primer artículo periodístico de carácter político lo escribió en el Boletín del Colegio secundario Mariano Moreno sobre El Principe de Nicolás Maquiavelo, de quien era un estudioso.
Se gradúa de abogado en 1930 con medalla de honor de la Universidad de Buenos Aires. A la muerte de Hipólito Yrigoyen en 1933, pronuncia uno de los discursos más recordados por su enjundia conceptual. Como abogado penalista, defendió a centenares de presos políticos. Condujo en 1935 el Centro de ex presos y exiliados políticos, embrión de la Liga Argentina de los derechos del hombre, primer organismo de derechos humanos argentino, fundado en 1936 de la que Frondizi será su primer secretario.
Tras el golpe de 1943, que cambiaría el destino político del país al aparecer en escena el Coronel Perón, Frondizi impulsa un replanteo programático del partido que tiene su expresión en la Declaración de Avellaneda en abril de 1945.
Diputado nacional brillante en 1948, inicia un viaje por América Latina, Europa, los Estados Unidos y Africa, donde se entrevista con los líderes más destacados de cada país. Frondizi presentía que alguna vez gobernaría en la Argentina y sus viajes tenían un sentido de conocimiento universal. Ya siendo presidente, viajó a la India, impensable en aquel tiempo, en que el mundo se reducía a Europa y los Estados Unidos.

PETRÓLEO Y POLÍTICA
Sus múltiples compromisos no le impedían concentrarse en actividades intelectuales y escribe en 1954 el libro Petróleo y Política, donde denuncia los negocios de las empresas petroleras en la Argentina y propone el monopolio de YPF sobre el sector.
El libro se transforma en un “best seller” y enciende el debate sobre los contratos petroleros firmados por Perón con la Standart Oil California, y eleva a Frondizi al primer plano de la política nacional.
A la caída de Perón en 1955, Frondizi envía como mensajero a Rogelio Frigerio –en adelante sería su alter ego- a negociar con Perón un pacto a cambio de los votos peronistas, Frondizi se comprometía a desarrollar un programa popular afín a los postulados del justicialismo.
Después de asumir el gobierno en 1958, y cumpliendo parte del acuerdo con Perón, comienza a sentir la presión de las corporaciones más poderosas como la Iglesia Católica y los militares que veían con preocupación el rumbo que parecía tomar el gobierno.
Contrariando lo sostenido en el libro Petróleo y Política, Frondizi firmó contratos con firmas extranjeras que autorizaban a las empresas a introducir todo el material necesario para la explotación petrolera sin pagar impuestos.
La carga impositiva sería pagada por YPF, y el reintegro por inversiones y las ganancias de las empresas podían ser giradas al exterior con absoluta libertad.

EDUCACIÓN
Otro de los grandes debates fue el tema de la ley de educación superior que permitía a las universidades privadas otorgar títulos habilitantes y subsidiar a la educación privada, en su mayoría en manos de la Iglesia Católica.
Contradictorio, talentoso, frío en sus decisiones, se anticipó a su tiempo, rompió con muchos tabúes, tuvo talla de estadista, provocaba reacciones airadas de una sociedad que no soportaba los cambios que no entendía, o entendía demasiado, pragmático que enojaba a los idealistas, peligroso para el establishment, por su propia capacidad de análisis se tornaba extraño e insondable.
Con sus aciertos y errores, fue un verdadero estadista que honró a la República.

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