14.11.07

Omisiones y proyectos, Miércoles 21 de Noviembre de 2007




Escribe: Juan R. Nazar
Director de La Opinión

A través de nuestras notas en este espacio, hemos tratado de demostrar que históricamente, Trenque Lauquen ha tenido representaciones legislativas de relevancia política en muchos casos. Con el tiempo, la historia deja sedimentos muy importantes en la marcha de los pueblos. Es por ello que conviene a una política de Estado, no olvidar tan fácilmente y no sólo recordar los malos momentos, las angustias, los dolores, los latrocinios que han dejado heridas lacerantes en la piel de los argentinos. También vale que alguna vez –y sobre todo los gobernantes- se reconozca a quienes en los momentos más dramáticos defendieron las instituciones democráticas de la República.
Vivimos momentos de normalidad institucional, pero también de menoscabo de la actividad política, de las organizaciones que las representan y de sus hombres. Suenan todavía en nuestros oídos, aquel cacerolazo y el que “se vayan todos” protagonizado especialmente por la fuerte y demandante clase media porteña. Fue el principio del desgranamiento de los partidos políticos y el desprestigio de sus dirigentes. El ruido de las cacerolas se expandió por todo el país. Estamos saliendo sin embargo, lentamente, del tembladeral que sacudió todas las estructuras sociales y políticas.

PERSONAJES
En el recuerdo de muchos personajes que citamos en nuestras notas de estos días, mencionamos a los que pasaron por el parlamento nacional y sobre todo por la legislatura bonaerense. Omitimos señalar algún nombre: el del Dr. Hugo Fernández Quintana, que cubrió una vacante de diputado provincial por el breve lapso de más de dos meses (24-9-87 al 10-12-87), un tiempo exiguo, pero suficiente como para demostrar su enjundia, el vigor de sus ideas y su capacidad de elaborar proyectos de servicio a la comunidad.
Pero lo destacable de este hombre asimilado a Trenque Lauquen –como muchos- no fue ese brevísimo paso por la legislatura. Lo que lo ha distinguido, ha sido su valentía cívica, su compromiso profesional por los derechos humanos y la integridad de su pensamiento. Cuando en los tiempos aciagos de la dictadura muchos de sus colegas se negaban a tomar recursos de Habeas Corpus, el Dr. Fernández Quintana puso lo que había que poner para proteger a convecinos desaparecidos o torturados salvajemente por los esbirros de la dictadura.

LOS COSTOS
El sentido de estas notas, no es hacer panegíricos ni descalificaciones sobre las personas que nos han representado en cada oportunidad. Nuestras convicciones democráticas nos trasmiten el respeto por la decisión soberana del pueblo que en cada oportunidad dio su veredicto.
En estos momentos el problema es otro: que de tener tres legisladores –dos del oficialismo y uno de la oposición- perdemos dos. Es un mal negocio político.
No se trata únicamente de personas –que también importan- sino de bancas, de representación. Esto no condice con las expectativas de un distrito con vigoroso crecimiento en todos los planos de la actividad productiva e intelectual. Creemos que hubo una equivocada evaluación de la realidad.
Hubiera sido de gran ayuda para el trabajo del intendente electo, que un diputado –cuando menos- en la Legislatura llevara las necesidades e inquietudes de la región. Y cuando hablamos de la región, va de suyo que los legisladores son claros exponentes de la misma y deben actuar en consonancia con esa responsabilidad. En suma, los errores políticos suelen tener un costo social que trasciende toda especulación menor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Interesante revisar la historia ¿Hay una historia política del partido de Trenque Lauquen?
Bien por el blog!
Augusto