Director de La Opinión
El gobierno nacional acaba de ordenar por decreto el pago de la deuda con el Club de París. Desde estas columnas hemos advertido sobre el aislamiento de la Argentina en el mundo, que por necesidad recurría al financiamiento de Hugo Chavez que en la última operación se produjo un desplome de los bonos argentinos luego que el venezolano se desprendió de los títulos que había comprado a una tasa del 14,9 por ciento.
Por otro lado, en las últimas semanas había cundido la alarma del default en los mercados internacionales y el riesgo país había subido a los 780 puntos, un nivel inquietante, a lo que se agregaba la baja calificación del país por parte de la agencia crediticia Estándar y Poor’s. El periodista especializado en temas económicos y financieros Néstor O. Scibona, escribe que “si bien la medida anunciada permite reducir el riesgo país, aliviar parte de las exigentes necesidades financieras para 2009 y reabrir créditos puntuales para inversiones públicas y privadas en la Argentina difícilmente contribuya a restablecer a pleno la confianza de la comunidad internacional en el gobierno”.
Esta última presunción se basa en la falta de vocación de este gobierno en corregir errores, como los datos que arroja el INDEC, por ejemplo, una institución de alto prestigio desmantelada de sus mejores técnicos.
El tema fue mantenido en el más estricto secreto, que sorprendió hasta a los mismos ministros fuera del de economía y algún funcionario más, tal como es de estilo en la era Kirchner para producir impacto mediático. El anuncio se hizo en el Día de la Industria, con 500 invitados que aplaudieron de pie la decisión de la Presidenta que lucía muy satisfecha.
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