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| | Escribe: Juan R. Nazar Director de La Opinión La democracia norteamericana es un ejemplo en su funcionamiento interno. Tiene muy poco que ver cuando se trata de sus relaciones con el mundo exterior. En estos días, los medios de comunicación reflejan la actividad de los candidatos de los dos grandes partidos políticos que acaparan la atención de la ciudadanía. La vigorosa lucha interna que se da en el partido republicano y demócrata para seleccionar al candidato que bregará para llegar a la Casa Blanca. En esta campaña, especialmente entre los representantes demócratas Hillary Clinton y Bark Obama, los candidatos recorren todos los estados, se enfrentan en actos, brindan conferencias de prensa, hablan de la economía, de la salud, de la cultura, ofrecen programas de gobierno y los ponen a disposición de la gente para que todos opinen y los critiquen, abordan los problemas internacionales, discuten sobre la guerra, debaten el papel de los Estados Unidos en el mundo, llaman a los científicos y a los investigadores para informarse sobre los avances de la ciencia. EL MUNDO, PENDIENTE El mundo está pendiente de esta campaña electoral, porque en gran medida el destino de la humanidad está unido a lo que los líderes de este país puedan concebir como estrategia planetaria. Hasta el presente, la política exterior de la primera potencia mundial registra lamentables retrocesos. De ninguna guerra que inventaron los halcones del Pentágono salieron airosos, sea en Indochina o en el Oriente Medio. La torpeza del presidente Bush y de sus asesores, les hizo recurrir a la mentira para invadir Irak y Afganistán, solo para favorecer a las grandes empresas petrolíferas y gasíferas, entre las cuales se encuentran las que pertenecen al vicepresidente Cheney, el verdadero poder detrás del trono. Los miles de millones de dólares que cuesta el desplazamiento de barcos, aviones, equipos y centenares de miles de soldados, no le es indiferente a ninguna economía por poderosa que ella sea. En estos momentos se está produciendo una preocupante recesión en los Estados Unidos, que los países que integran el Grupo de los 7’, están haciendo esfuerzos desesperados para neutralizar sus efectos, porque saben que la caída de la primera economía del mundo se expandirá inevitablemente como una mancha de petróleo sobre el resto del planeta. El conflicto de Medio Oriente, jugando a favor de los halcones de la política de Israel, no favorece la solución del conflicto, por el contrario se crean las condiciones para un estado de guerra permanente. EL DEBATE Estos y muchos otros son los temas que enfrentan los candidatos que aspiran gobernar a los Estados Unidos. Vale rescatar ese debate sin embargo. Y la toma de conciencia de parte de ellos de que no es posible trasplantar una forma de vida, una cultura, a países que tienen siglos pegados a la tierra, con su fe, con sus creencias, porque no hay nada peor que invadir ese campo que pertenece a los espacios más sagrados del individuo. El mejor servicio que Estados Unidos puede prestar a la humanidad, no es demostrando su poder militar, sino buscando presionar en todo caso para terminar con los privilegios, el azote de la miseria, las desigualdades sociales, los fanatismos religiosos, la discriminación de la mujer, el abandono de los niños, y la entronización de los poderosos que se enriquecen a costa de la miseria de sus pueblos. Así, y todo, rescatamos ese gran debate entre los candidatos de la República Imperial. Es una enseñanza, en la cual deberíamos mirarnos. Si hacemos eso sin prejuicios, nos daremos cuenta que en materia política no hemos avanzado. Peor aún, estamos retrocediendo, porque quedarse en el mismo lugar es retroceder. La falta de democracia interna en los partidos políticos lleva inevitablemente al autoritarismo. Es deber de todos los que creemos en el sistema democrático, promover las reformas necesarias para evitar la repetición de metodologías que han degradado a la política. Es tiempo de crecer. De que los adultos mostremos actitudes ejemplarizadoras, desde cualquier sitio, desde cualquier lugar, para elevarnos por sobre las miserias que obsesionan a muchos, y dejemos paso a lo más alto y a lo mejor de lo que habita en nosotros mismos. |
7.2.08
Lo positivo donde mirarnos.Lunes 11 de Febrero de 2008
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1 comentario:
Creo que para mirar lo positivo y aprender de ello, deberíamos empezar por casa. Dan pena las paredes de Trenque en este momento, rayadas y manchadas, cuando un tiempo atrás, estábamos orgullosos de su limpieza. Y esto no tiene que ver con el signo de los gobiernos sino con las decisiones tomadas.
Busquemos la mejor manera de vivir en sociedad.
María Emilia
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