7.2.08

La Columna, edición del 7 de febrero de 2008

A propósito del Servicio al cliente

Si los satélites no alcanzan

lo mejor es ofrecer el corazón



El contacto con el otro, la empatía y la comunicación

como bases de una verdadera atención personalizada.

La C

“El producto es bueno pero no llames por desperfectos porque no vienen”, “Te cambian el turno y no te avisan”, “Me telefonean para ofrecerme mayor ancho de banda y yo hace diez días que estoy sin internet”, “Preparate para esperar sentada porque ahí todos tienen otra cosa que hacer”,” En estos casos en que los usuarios se quejan, el problema radica en el servicio al cliente.

Bisagra que articula las necesidades de la organización y la de sus clientes, el servicio busca la satisfacción y el bienestar de los consumidores para lograr a partir de eso su fidelidad, permanencia y publicidad boca a boca.
Las personas contentas consumen, vuelven y hablan bien del servicio.

Todo bien desde la teoría, pero en la práctica, las cosas fallan. Quizás porque en este mundo de tecnología y comunicaciones al instante, olvidamos que en la base del servicio se hallan las relaciones interpersonales.

Conectarse

Las mismas actitudes y estrategias que usamos para conectarnos con otros, dan base a un servicio satisfactorio.

Reconocer al otro: El primer paso del servicio al cliente es, hacerle saber que uno lo vio, lo escucha, leyó su mail… no importa si uno podrá atenderlo inmediatamente o en unos minutos…decirle “sé que estás ahí y me estás buscando”.

Estar presente: Es decir disponible y dispuesto. Listo para prestar al otro completa atención. Hay personas responsables de dar solución a los problemas que nunca están, se vuelven inaccesibles por teléfono o desaparecen detrás de una larga fila de empleados. Quien está al servicio del cliente, debe estar a disposición del cliente.

Preguntarle que es lo que necesita: Solemos ayudar a los demás desde lo que nosotros creemos que necesitan. Al preguntar, no sólo se averigua qué está buscando el otro, sino que se muestra la disposición de ayuda. Puede que uno haya visto montones de clientes en la misma situación, que uno vea a la persona con la pieza rota en la mano, que lo conozca de toda la vida… cada situación es nueva y el que llega con una necesidad espera que se lo atienda, en algún aspecto, como si fuera la primera vez. Por otra parte, brinda la oportunidad de tratar al consumidor como si uno tuviera siempre la oportunidad de darle una excelente primera impresión.

Protagonismo


Escuchar: Tomarse el tiempo para escuchar lo que el cliente está intentando compartir con uno. Para él es importante comunicar su parte de la historia. Escuchar el contenido y no enfocarse en la forma o el modo en que lo dice.

Hacerle saber al otro que uno lo está escuchando y comprendiendo. Mirarlo, mostrar interés, parar de hacer lo que uno estaba haciendo y otorgar toda la atención al diálogo. Aún cuando hablamos por teléfono, tenemos la capacidad de percibir si el otro nos escucha o divide su atención con otra tarea. Ser paciente y no interrumpir al que habla para expresar los propios pensamientos. Escuchar con la mente abierta a fin de comprender la necesidad y encontrar la manera de resolver el tema.

Hacerse cargo: Esto es posicionarse como responsable de encontrar una solución. Mostrar al cliente que alguien está a cargo, que alguien se ocupa, se involucra en resolver y llegar a un resultado, es hacerlo sentir cuidado y acompañado.


A veces este hacerse cargo implica pedir disculpas. Sea sincero en su interés por el consumidor y conduélase en una forma correcta. Muchas veces, en una situación conflictiva decimos lo siento antes de saber porqué. Cuando uno dice lo siento, resulta más creíble si uno es capaz de decir qué es lo que siente.

Acuerdos

Crear una solución: Todas las acciones y comunicaciones deben estar enfocadas en lograr una solución. Dejar al consumidor inseguro acerca de la solución crea ansiedad y despierta interrogantes en su mente que van más allá de la relación con ese empleado.

Acordar un plan de acción. Asegurarse de que los consumidores sepan que se hará algo para corregir la situación. Explicar acciones y tiempos necesarios.

“Personalmente voy a hacerme cargo de que tu cuenta vuelva a estar activa, lo que haré es lo siguiente…

“Necesito una información adicional antes de hacerme cargo de esto. Hablaré con el gerente ¿Puede usted esperarme?”

“Mandaré un mail de reclamo con copia a usted. En tres días, volveremos a comunicarnos”.

Un plan acordado brinda un camino a seguir. Da seguridad y sienta las bases de una tarea compartida también por el cliente.

Acción y reacción

Hacer: Una vez que los clientes saben que una acción va a ser desarrollada, hay que actuar. Un plan sin realización es una promesa incumplida, base de todos los reclamos por mal servicio. Uno puede realizar todos los pasos anteriores, pero si no hace, pierde credibilidad. Hay que hacer pronto para resolver una situación de servicio y crear una buena experiencia para el cliente.

Verificar resultados: ¿Cómo quedó la relación? El cliente ¿está satisfecho? ¿La solución de este tema, abrió una nueva posibilidad? ¿Qué se puede hacer para prevenir esto? ¿Se puede hacer mejor la próxima vez?

Las soluciones de las situaciones desafiantes del servicio al cliente pueden habilitar aprendizajes importantes sobre la forma de mantener a los clientes y ganar otros.

Recuadro:

La otra cara

Los clientes, ¿Reconocemos a los empleados? ¿Saludamos a las personas que nos brindan un servicio? ¿Conocemos sus nombres? ¿Nos encuentran fácilmente para pedirnos o avisarnos algo? ¿Avisamos cuando suspendemos un turno? ¿Nos tomamos el tiempo para explicar bien lo que necesitamos?

¿Volcamos la frustración en la persona que se hace cargo del problema? ¿Escuchamos? ¿Comentamos también lo que nos gusta? ¿Agradecemos?


Andrea Turchi

32 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Sentido común! eso es lo que transmite tu columna, y sencilla y directamente nos vuelve a conectar con lo importante.
Me gustó mucho y me hizo recordar a mi papá, detrás del mostrador, dándolo todo.
¡Gracias!
Mabel

Anónimo dijo...

La verdad, es que me sentí comprendida cuando leí el recuadro de la columna. No pedimos mucho, solo que nos reconozcan, nos pidan bien y nos respeten.
Una empleada de atención al público

Anónimo dijo...

Me impactó eso que pones en la nota de servir al cliente como si uno tuviera la posibilidad de dar siempre una primera buena impresión.Excelente punto.
Creo que la radio te necesita, porque estos pensamientos abren la cabeza
Yeyi

Anónimo dijo...

Yo también te quiero escuchar en la radio, dando estas recetitas para que empleados y no empleados , en definitiva, seamos mejores personas.
¡Gracias!
Malena

Anónimo dijo...

Muy interesante tu concepto del servicio como bisagra entre las necesidades de los consumidores y las de la organización.
Creo que La Columna ya es una parte ineludible de La Opinión.
Sigamos así!
Alejandro

Anónimo dijo...

Muy buena la columna, Andrea!

Los 5

La Columna dijo...

¡Gracias Mabel por compartir con nosotros tu recuerdo! Y justamente, esa disponibilidad de dar es inherente al buen servicio.

Hasta pronto
Andrea

La Columna dijo...

¡Gracias por tu comentario!
Todos pedimos que nos reconozcan, nos pidan bien, nos respeten...si al relacionarnos, nos ayudáramos a solucionar esta necesidad, las relaciones serían más fáciles y placenteras.
Hasta pronto
Andrea

La Columna dijo...

¡Gracias Yeyi!

ESe dar siempre una primera buena impresión implica también dejar a un lado los preconceptos, prejuicios y definiciones que tenemos sobre lo que el otro piensa , dice o hace.

Hasta pronto
Andrea

La Columna dijo...

¡Gracias a vos Malena!
Andrea

La Columna dijo...

¡Gracias Alejandro!

En el concepto de bisagra entre las necesidades radica para mi la base del servicio.

Hasta pronto
Andrea

La Columna dijo...

¡Gracias los 5!

Hasta pronto
Andrea

Anónimo dijo...

Sí, que te hagan saber que saben que te vieron... es alienante esperar mientras todos hacen cualquier cosa, te sentís excluído, afuera, invisible... También es importante que si mandas un mail aunque sea te avisen que les llegó, y no con una respuesta automática sino con una comunicación personal.
Bárbara la columna!
Sami

Anónimo dijo...

Creo que las mil tareas que nos dan para hacer a los empleados no ayudan a que estemos "presentes" y con la atención completa cuando atendemos a los clientes.

Lucía

Anónimo dijo...

¡Me gustó eso de que un plan acordado es un camino a seguir! en realidad me gustó todo...
Agustín

Anónimo dijo...

Muy importante lo de estar disponible. Creo que ahí hay un cuello de botella en el servicio al cliente.¿De qué depende el estar disponible?
Pablo

Anónimo dijo...

Tu columna me sirvió para darme cuenta de que yo, como hace añares que estoy en atención al cliente, ya creo saber lo que el cliente quiere, y por lo tanto no lo escucho. Muchas gracias!
Graciela

Anónimo dijo...

¡Muy buena la nota, Andrea! ¿Por favor, podes ampliar la idea esa de que ayudamos a los demás desde nosotros? Y alguna vez, podes hablar de las diferencias de género en el trabajo?
Hasta la próxima
Silvina

La Columna dijo...

¡Gracias Sami!

No sentirse reconocido conecta con sentirse rechazado, de ahi que se sufra tanto.
En cuanto a las respuesta automáticas, son utiles cuando uno está de vacaciones, o ausente por algún motivo, no como forma de no contestar. Al volver, es necesario revisar los mail recibidos y contestar todos de manera de mantener el contacto y generar una buena experiencia para el cliente y para la organización.
Hasta pronto
Andrea

La Columna dijo...

¡Hola Lucía!

Sí, el ideal sería que las personas de servicio al cliente no tengan que realizar multiples tareas. Ahora, aunque una persona esté dedicada solo a eso, la disponibilidad y presencia tienen un costado paersonal importante. No sólo está presente quien puede, está presente quien elige estarlo.

Hasta pronto
Andrea

La Columna dijo...

¡Gracias Agustín!

Hasta pronto
Andrea

La Columna dijo...

¡Hola Pablo!

Tal como le decía a Lucía, la disponibilidad tiene un costado interno, que tiene que ver con la actitud personal de ponerse al servicio del otro, y un costado formal, que tiene que ver con las tareas que uno tiene entre manos, con el lugar desde el que tiene que operar, con el tiempo, con los recursos, etc. Este lado formal es, en gran medida, responsabilidad de la organización.

Hasta pronto
Andrea

La Columna dijo...

¡Bien Graciela por tu reconocimiento!
Hasta pronto
Andrea

La Columna dijo...

¡Hola Silvina!Gracias por sugerir el tema del género.

Ayudamos, en general, porque queremos ayudar, o porque lo consideramos un deber. El tema es que muchas veces ayudamos sin consultar al otro qué necesita, qué precisa, o que quiere, y entonces, la ayuda parte de lo que creemos, de lo que consideramos necesario para el otro, de lo que suponemos. Y pierde efectividad y genera malosentendidos.

Hasta pronto
Andrea

Anónimo dijo...

¡buenísimo eso de hacer ver al cliente que alguien esta en control de solucionarle el problema!
Como siempre, imperdible tu columna, en la zona querriamos, además , escucharte otro día que el jueves en la radio, para aprender mas.
Un vecino a 30 km

La Columna dijo...

¡Gracias vecino!

Saber que hay alguien que se va a ocupar de nuestra necesidad es altamente tranquilizante. La parodia del cliente o usuario recorriendo oficina tras oficina, exponiendo su problema a unos y a otros sin conseguir alguien que se haga cargo de darle el servicio que busca representa esto muy gráficamente.

Hasta pronto
Andrea

Anónimo dijo...

A mi me detiene un poquito la palabra "servicio"...¿no es mejor "atención " al cliente?

Buenisima esta posibilidad de intercambio, tu predisposición a contestar las preguntas y a responder a cada comentario nos hace parecer que charlamos.
Gonzalo

Anónimo dijo...

A mí me llegó el recuadro porque me paro del otro lado del mostrador. Y realmente no sé si pido bien, si agradezco, si digo lo que está bien. Me parece que voy ahí y espero un poco que el otro me dé lo que necesita con mi mínimo esfuerzo. Odio hacer compras y creo que eso tiene que ver. Pero también me pasa en los consultorios donde espero mucho, y en los bancos.
Creo que necesito un entrenamiemto para ser buena cliente.
Voy a empezar acá: me gusta la columna, es clara y me hace pensar en cosas que habitualmente no pienso.
Marisa
Marisa

La Columna dijo...

¡Gracias Gonzalo por tu comentario!

Aunque suelen usarse como sinónimos y detrás de ambos conceptos deberían estar las mismas actitudes y habilidades, se acuñó la frase servicio al cliente para hablar de ir más allá de la atención, abordando los aspectos que figuran en La Columna.
Hasta pronto
Andrea

La Columna dijo...

¡Gracias Marisa! por tu comentario y por empezar una nueva modalidad de ser cliente con esta columna.
Hasta pronto
Andrea

Anónimo dijo...

Me sentí reconocido por tu nota. Estoy detrás del mostrador hace 30 años y la verdad, son muchas las veces en que me siento invisible, pero son muchas más las que los clientes me devuelven el reconocimiento.
Este comentario lo escribe mi nieta.
Hasta la próxima
Luis

La Columna dijo...

¡Gracias Luis por tu comentario! Y bienvenidos vos y tu nieta al blog.

Hasta pronto
Andrea