24.1.08

La Columna, edición del 24 de Enero de 2008.

Estrategias de crecimiento personal

Para ver el lado oscuro de la tolerancia

Recursos a los que podemos apelar para evitar el comportamiento de adaptación a lo que no nos gusta, que puede transformarse en una “dolencia crónica aceptada”.


“Nunca encuentro las llaves”. “No soporto el desorden en el mostrador”

“Me molesta que la gente llegue cuando ya cerramos y toque igual la puerta”.

Detrás de estas quejas, se esconde el conformismo. Y llamaremos conformismo a la actitud de aguantar, de acomodarse a, de soportar algo por no asumir la responsabilidad de cambiarlo.

Al tolerar o soportar cosas que nos molestan o irritan el equilibrio se vuelve inestable, ya que la energía se enfoca en la resistencia y la supervivencia, mas que en una vida plena.

Frases típicas

El conformista se siente víctima, está a merced, abandonado frente a lo que le toca vivir, acostumbrado... suele comunicarse a través de frases típicas como “es lo que hay”, “es lo que me ha tocado vivir”, “será lo que tiene que ser” y otras similares.

Claro que muchas veces, bajo esa tolerancia socialmente aceptada, subyace una sensación de ahogo, de abatimiento, de desmotivación. Es que aguantar provoca estrés, genera resentimiento y displacer, y hace que sea improbable concentrarse en otros objetivos.

Lo que se admite no necesariamente son grandes problemas, a veces son nimiedades. Pero grandes o pequeñas, triviales o importantes (esto es absolutamente personal) esas cosas merman la energía y absorben la voluntad, anulando las posibilidades de crecer.

Costumbre

¿Cómo llega uno a esta situación? De a poco. Primero es una pequeña molestia...luego el malestar se hace conocido, familiar, lo justificamos, lo minimizamos, nos acostumbramos, nos dejamos estar…

¿Por qué aguantamos? Por diferentes causas.

Por educación: nos enseñan a no quejarnos, que lo que cuesta vale, a ser agradecidos de lo que tenemos, a ser comprensivos, y eso está bien...pero no aprendemos a decir basta a lo que nos molesta y a actuar en consecuencia.

Por control: Lo soportado se incorpora a vida cotidiana junto con la ilusión de que tenemos control sobre ello.

Como motivación: A veces, el tolerar algo nos hace altruistas, nos da un motivo, una excusa.

Por temor: No asumimos el riesgo de decir basta. Tememos lo que puede pasar después. En definitiva tememos al cambio.

Por el método del avestruz: Es más fácil ignorar que comprometerse actuando.

Energía reasignada

Trabajar sobre el conformismo reasigna esa cuota de energía que utilizamos para resistir. Podemos empezar a utilizarla para crecer en el autoconocimiento, hacernos cargo y mejorar la calidad de vida.

Todo esto implica:

  • Elevar los objetivos, de manera de elegir ya no aguantar lo que se aguantaba. No juzgarse ni juzgar. No buscar responsabilidades sino cambiar el juego.
  • Decidir qué hacer en lugar de “dejarse estar”.Algunas de las cosas que se toleran sólo necesitan atención y acción.
  • Delegar o compartir tareas.
  • Dialogar.

Nuevos acuerdos

“Ser la cocinera de la familia”, “ser el generoso de los hermanos”, “ser yo el que voy siempre al supermercado”, “la mala relación con mi hermano”, “las relaciones sexuales rutinarias” , “limpiar los pescados que cada domingo traen a casa mi marido y mis hijos”, “estar mal pago en mi trabajo”, “tener que pedirle dinero mi marido cada vez que tengo que salir”, “la ropa interior de mi mujer en las llaves de la ducha”,“que mi jefe me llame por el diminutivo”, son consentimientos que requieren conversaciones diseñadas para llegar a un nuevo acuerdo. Siempre es mejor aceptar el desafío de pedir, de proponer alternativas, que hartarse, o vivir quejándose del otro, haciéndolo único “culpable” de las cosas que pasan.

Tarea liberadora

Abordar estos “sufrimientos” puede parecer una tarea desmoralizante, pero es liberadora. Requiere cambios de conducta, generar acciones, diseñar conversaciones, pero sobre todo, precisa del esfuerzo de ser absolutamente honesto con uno mismo. Reconocer y trabajar sobre una tolerancia, abre el camino para descubrir los propios deseos y necesidades.

Quiero terminar el planteo de esta estrategia con las palabras de la respuesta de Eowyn a la pregunta de Aragorn “¿A qué le temes”, en “El señor de los Anillos”: Le temo a las jaulas...a ver los barrotes de la cárcel día tras día, hora tras hora...hasta ya no verlos, por la costumbre de verlos...

Andrea Turchi

22 comentarios:

Anónimo dijo...

Parece que me conocieras...
Me pegó fuerte la columna y creo que eso me ayuda.
Gracias
Teté

Anónimo dijo...

Tu columna me impulsó a hacer una lista con las cosas que aguanto en mi oficina. Me quedé azorado. Ahora voy a empezar a trabajar sobre ellas. Te cuento como me va.
Chau
DM

Anónimo dijo...

¡Es cierto! Nos quejamos y nos quejamos, pero al mismo tiempo soportamos, aguantamos, y nos vamos encerrando en la bronca, o en la pesadumbre de creer que no podemos salir.
Me acabo de dar cuenta de que con una buena charla, por ahí soluciono tres "falsas tolerancias"
Gracias
Susy

Anónimo dijo...

A mi me pasa con algunas cosas que hacen mis empleados. Las aguanto, las tolero, pero me irritan. Pero como son empleados valiosos, aqui estoy, tolerando.
Francisco

La Columna dijo...

¡Gracias por tu comentario Teté!
Hasta pronto
Andrea

La Columna dijo...

¡Gracias DM!

Hacer una lista es una gran idea, porque despues uno puede seleccionar cuáles cosas conversar, cuáles delegar, cuáles etc. Ponerlas por escrito es una excelente forma de reconocerlas.
Hasta pronto
Andrea

La Columna dijo...

Gracias Susy!
Una buena charla, como decis, es decir una conversación diseñada, abierta, positiva y validante, puede ser la forma ideal de solucionar las "falsas tolerancias"
Hasta pronto
Andrea

La Columna dijo...

Gracias Francisco por compartir este comentario. Cuando uno reconoce esa irritación, es tiempo de actuar para solucionar el tema. Asimismo tu consideración de que los empleados son valiosos habla de poder construir otro tipo de relación con ellos y buscar juntos soluciones a las cosas irritantes.
Hasta la próxima
Andrea

Anónimo dijo...

Se me ocurrió hacer una lista de las cosas que toleramos a diario:
El nivel pobre de la televisión nacional.
Las mentiras de algunos políticos.
La falta de cumplimiento.
Las paredes rayadas.
La inseguridad y el miedo.
La injusticia.
Creo que en la tolerancia de esas cosas reside nuestra ineptitud como ciudadanos.
Buena la columna, me gustaría escucharte por radio.
María

Anónimo dijo...

¿Podrías explicarnos cómo se diseña una conversación?
Gracias
Los 5

Anónimo dijo...

Pienso lo mismo que María, cuando leo la columna parece que la contaras y creo que escucharte en radio sería muy bueno también.
Tambien creo que toleramos la lista de cosas y otras mas, por creernos incapaces de hacer algo.
Sebas.

La Columna dijo...

Gracias María por tu opinión y por compartir la lista, que creo que nos toca a todos...
Y asi como descubriste tu "ineptitud como ciudadana", es posible descubrir otras aptitudes para desarrollar: la aptiytud de poder pedir, de poder decir, de poner límites, de decir que no, etc.
El trabajo personal para desarrollar esas capacidades, comienza por el reconocimiento de las cosas que soportamos...
Hasta la próxima
Andrea

La Columna dijo...

¡Hola los 5! Parece que ustedes leen mi lista de futuras columnas...
Hasta pronto
Andrea

La Columna dijo...

Gracias Sebas, por introducir un tema importante...la creencia que subyace a la inacción... es cierto, creemos que no podemos y por eso aguantamos, nos dejamos estar, no probamos.
Si al lado de cada elemento soportado de la lista personal, uno pudiera descubrir la creencia que lo sostiene, avanzaría en el trabajo de deshacerse de esas "falsas tolerancias".
Hasta pronto
Andrea

Anónimo dijo...

¡A la radio, a la radio, a la radio!
¿Como te sigue desaprovechando Omega?
Amanda

Anónimo dijo...

A ver...tomé prestadas algunas de las de María...

El nivel pobre de la televisión nacional. Creencia: Si no miro lo que mis amigos me siento afuera, raro o diferente.
Las mentiras de algunos políticos. Creencia: No puedo hacer nada. No sirve denunciar.
La falta de cumplimiento. Creencia:Si le reclamo se va a enojar.
Las paredes rayadas. Creencia: Si me opongo soy un viejo retrógado.

Jaja, ¡que creencias!
Sebas

La Columna dijo...

¡Excelente tu trabajo Sebas!

Fijate que la creencia se fortalece con la conversación que desarrollamos al respecto. Probá de cambiar la conversación sobre una de esas creencias, y practicala hasta que se te haga un hábito...y despues contame
Hasta pronto
Andrea

Anónimo dijo...

Relacioné esta columna con el tema de postergar, y me di cuenta de que yo me acostumbro a tolerar lo que no me animo a hacer...
Pero ya empecé, hoy me animé a dar mi opinión sobre un tema familiar que me molesta.
Te sigo todos los jueves y disfruto tu propuesta
Mimi

Anónimo dijo...

Me sentía ahogada en la oficina,porque soportaba desde hace tiempo, que un compañero de trabajo mas antiguo que yo, colega mío, me diga "nena" todo el tiempo, me mande a hacer café, y me trate displicentemente. Hoy hablé con él, le expliqué que me molestaba y creo que lo entendió.
¡Arriba las conversaciones!
Patri

Anónimo dijo...

Soy el compañero de Patri. La verdad es que a mi me encantó que ella me comentara lo que estaba soportando porque yo no me daba cuenta de que mi manera de tratarla le molestaba.Ella es mucho mas joven que yo y lo de nena me salia naturalmente. En cuanto a lo del café, seguramente era comodidad... lo de la displicencia le prometí revisarlo porque yo no me doy cuenta. Ella me va a ayudar haciéndomelo notar.
Gracias por la columna
E

La Columna dijo...

¡Gracias Mimi por tu comentario!

Tal como lo decís, el camino de salida del conformismo tiene que ver con animarse a hacer cosas distintas.
Vas a ver que una vez que empezás, después resulta más fácil y natural.
Hasta pronto
Andrea

La Columna dijo...

¡Muchas gracias Patri y E!

Nos dieron la posibilidad de conocer las dos caras o por lo menos , dos pareceres de esta situación.
Y claro que si, ¡arriba las conversaciones! son una herramienta fantástica y al alcance de todos.

Hasta pronto
Andrea