| Escribe: Juan R. Nazar Director de La Opinión El director de este diario analiza las primeras horas del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y las presiones y acechanzas a las que está sometida, desde los piqueteros y Moyano hasta las presuntas “operaciones” de la CIA. Qué país hereda, luego del estallido de 2001 y los mandatos de Duhalde y Néstor Kirchner. En los primeros cuatro días de gobierno, Cristina Fernández de Kirchner se vio enfrentada a varios problemas y cuestionamientos inesperados. En el orden interno, el inefable Hugo Moyano amenazó con “llenar la Plaza de Mayo” si las circunstancias lo exigían. Un planteo que tuvo que ver con una respuesta negativa de la Presidenta a inmiscuirse en la interna del sindicalismo, que tuvo su expresión pública en un discurso cuando aludió a que no iba a ser gendarme de la rentabilidad de los empresarios, ni tampoco se involucraría en las internas sindicales, un claro mensaje cuyo destinatario era el mismísimo Moyano que después respondió con el exabrupto de “llenar la plaza”. Aunque después los ministros Fernández quisieron minimizar la cuestión, las palabras se dijeron y la cuestión quedó planteada. EMBESTIDAS Horas más tarde, casi treinta organizaciones de piqueteros taponaron las calles de Buenos Aires, exigiendo al gobierno una serie de reivindicaciones y prometiendo nuevas movilizaciones si no se accede a sus reclamos. El piqueterismo es una nueva realidad en el espectro político nacional que se origina cuando aparecen las cacerolas de la clase media, porteña mayoritariamente, cuando Cavallo, en tiempos del presidente De la Rúa, congeló los depósitos bancarios provocando lo que se conoció como el “corralito” y el “corralón”. Esa movilización espontánea de la ciudadanía porteña que lo tuvo a Fernando De la Rúa como a su político mimado durante 30 años, produjo los escraches más sonoros en esos días dramáticos de una Argentina que se contorsionaba entre el espanto y la indignación. Fue el final del gobierno de la Alianza, y más específicamente del radicalismo, que le costó la presidencia de la República al hombre que prometía un gobierno democrático con justicia y equidad social. LA CRISIS A partir de esos días de angustias, con gritos desgarrados y puños levantados, con un vicepresidente que huye, comienza a desarrollarse un drama donde en una semana hay cinco presidentes que duran horas en el cargo, hasta que finalmente Eduardo Duhalde se hace cargo de las responsabilidades institucionales y con mano firme y serena conduce a la salida constitucional de la crisis con un llamado anticipado de elecciones generales donde finalmente se impone un hombre casi desconocido en la política argentina como Néstor Kirchner. Este hombre en el ejercicio del poder muestra condiciones particulares de liderazgo. Reniega del protocolo, se viste desprolijamente, no hace reuniones de gabinete, trabaja obsesivamente, lleva el control personal de todo, actúa como señor feudal, lleva las cuentas al estilo almacenero pero es eficaz, directo, confrontativo. Los partidos políticos quedaron marginados y anudó alianzas con dirigentes sindicales, empresarios y designó ministros y funcionarios de su confianza total traídos del extremo patagónico, la provincia de Santa Cruz, donde fue intendente y por dos períodos gobernador al estilo feudal, como la mayoría de los gobernadores del sur y del norte argentino. EN LA HISTORIA La historia le reconocerá seguramente a Kirchner, no obstante sus desprolijidades institucionales, el haber sacado a la Argentina del colapso económico y político y a Eduardo Duhalde el haber evitado una guerra civil. La Presidenta Cristina hereda una situación tranquila, con reservas importantes en el Banco Central, con una economía en crecimiento, con menos desocupación, con una capacidad instalada del 80 por ciento de actividad, con una baja notable en el índice de pobreza. Hay un país en marcha, si bien existen muchos frentes que abordar que han sido descuidados en función de atender lo urgente. AMENAZAS Decíamos en el comienzo que Cristina inicia su gestión con una amenaza del sindicalismo prebendario y con una marcha de los duros piqueteros que movilizaron miles de micros para transportar a multitudes con banderas, bombos, carteles y suministros alimentarios. ¿Quién financia semejante movilización? ¿El propio gobierno? Hay importantes dirigentes piqueteros que están en el gobierno en cargos expectables, pero la mayoría estarían en el llano como los que responden a la izquierda troskista, que electoralmente no tienen ninguna significación pero cuentan con gran poder de movilización, superior al de cualquier partido político tradicional, con huestes entrenadas, sentido de organización y disciplina. ZANCADILLAS El Presidente Kirchner les dio aire a esos movimientos, quizás con el secreto propósito de neutralizar a los adversarios más poderosos como pueden ser los sindicatos, el poder empresario –recordemos el ataque a la empresa Shell- y a los dirigentes de los partidos políticos tradicionales, incluido el propio partido al que él pertenece. Ese fue un momento, un episodio, en el marco de una larga historia institucional plagada de tropezones, zancadillas, atajos, infidelidades políticas y doctrinarias, compra de voluntades, saltadas de cerco, y todo lo que es posible observar en la conducta de los hombres con reconocida militancia principista que abdicaron a la hora de ocupar un cargo de relativa importancia en la cúspide del poder oficial. Pero es el costado más vulnerable de la política. Es lo que desprestigia a la política, entendida como la ciencia y el arte de procurar el bien común. ESTILO PROPIO La Presidente Cristina Kirchner, ha expresado su intención de revalorizar la actividad política y acordarle el rango institucional que se merece en el sistema democrático cuyo funcionamiento es inescindible de los partidos políticos. Pero en el medio de estos propósitos de elevados objetivos, estallan a pocos días de asumir, serias acechanzas y conflictos de orden interno y externo. Algunos heredados –Skanska, Felisa Miceli que están en manos de la justicia- y otros de mayor entidad como la instalación de las papeleras y las relaciones con el Uruguay y lo último de estos días que ha conmovido al propio gobierno argentino y a la opinión pública: el informe del FBI que vinculó la valija de los 800.000 dólares del venezolano-norteamericano Guido Antonini Wilson con la campaña electoral de Cristina Kirchner. La Presidenta argentina dijo a esto que no aceptará presiones del exterior y calificó como “operaciones basura” la investigación judicial realizada en Miami. CONSPIRACIONES En tren de suponer conspiraciones, suena extraño que se haya dado a conocer este escándalo por la justicia norteamericana, a escasos días de haber asumido la nueva Presidenta. No es inocente lo que hacen los norteamericanos y cuando está involucrada la CIA, pueden hacer cualquier cosa en cualquier país del mundo con absoluta impunidad. Esta información que se da en estas horas, pudieron publicarla antes de las elecciones y hubieran armado un cataclismo político de dimensiones. ¿Qué los detuvo? ¿Que no vieron en la oposición a nadie con organización como para hacerse cargo del gobierno? Es probable; en materia de especulación todo es posible. Lo más seguro es que el blanco sea Hugo Chávez y los compromisos que tiene la Argentina con el estado venezolano o sus empresas estatales petroleras de más de 5.000 millones de dólares con los cuales nuestro país viene afrontando sus compromisos internacionales. Para Estados Unidos, Chávez es un factor de desestabilización en el continente, y difícilmente se resignen a su permanencia en el poder. ¿Podrá Cristina Kirchner resistir la andanada misilística –en términos políticos- de la CIA, el FBI, y el poder económico y financiero de la primera potencia mundial? Veremos capítulos más inquietantes en el campo de la política exterior. |
13.12.07
Enfoque, la transición nacional: Los problemas que hereda Cristina Kirchner. Domingo 16 de Diciembre de 2007.
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1 comentario:
Interesante la nota y me gusta La Columna y el blog. Creo que con esto estan actualizando la forma de llegar a la gente ¡Adelante!
Muchas felicidades y un feliz año nuevo!
Joaquín
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