Sobre "Los que se quedan"
Permanecer desde un rol activo
“Trabajo hace varios años en una repartición pública, no importa cuál, y he visto muchos cambios de gobernantes. En todos, como ahora, todos hablan de los que llegan y de los que se van. Nadie habla de los que permanecemos, de los que nos quedamos mientras lo demás cambia.”
La situación que plantea este comentario dejado en el blog, puede relacionarse con ámbitos estatales, sensibles a los cambios de gobierno, pero también con las fusiones, en las que dos empresas conforman una nueva entidad económica; las adquisiciones, en las que una empresa compra a otra y las sucesiones no planificadas o imprevistas en las empresas familiares, en las que los herederos imponen una gestión diferente.
Es una etapa de pérdida de estabilidad, llena de incógnitas, rumores y supuestos, y ambigua en cuanto a las responsabilidades y las decisiones.
De cal y arena
Quedarse implica la certidumbre de tener trabajo. También obliga a las despedidas, provoca la necesidad de ocuparse de conservar las relaciones que antes sostenía la cotidianeidad, acelera cortes o distanciamientos no buscados.
Permanecer asegura una tarea. Asimismo significa la posibilidad de enfrentar trabajos que no se completaron, proyectos que quizás no se realicen, ideas que se guardarán en cajones o se descartarán.
Conservar el puesto tranquiliza. Y al mismo tiempo abre una nueva búsqueda de espacios y acuerdos, despierta la necesidad de rearmar equipos, de volver a planificar, de articular nuevos modos.
Adaptación activa
El primer paso es pararse firmes. Pararse firmes sobre lo construido, sobre lo logrado, sobre lo hecho. Dar valor a lo conseguido y reconocer el trabajo cotidiano que llevó a eso. Legitimar los modos y la experiencia ganada.
Validar la tarea que se realiza y el aporte que la misma es para el funcionamiento de la organización y recibir al que llega con ese convencimiento.
Hablar con los que se van, para cerrar etapas y valorar momentos y logros.
Hablar entre ellos, para instalar la idea de que el cambio puede traer nuevas oportunidades.
Hablar con los que llegan, para conocer planes y comprender propuestas que los involucran.
8 comentarios:
Me gustó tu columna.
Es cierto que uno se siente en el ojo del huracán. Se pierden afectos...se generan roces y se siente temor.Y creo que el peor de los temores es pensar que los que llegan lo harán como Atila, arrasando lo hecho sólo porque fue hecho cuando no estaban.
¿Habrá otra posibilidad?
112
Me hiciste pensar en el tango de Eladia Blazquez..."NO! Permanecer y
transcurrir no es perdurar, no es existir, ni honrar la vida!"
El tema es que uno permanece entre los otros, a favor de otros, en contra de otros...y se pone difícil!
Muy buena propuesta la de la columna y el blog en conexión.
Alicia.
Hermoso tema....que no sólo sirve para el análisis de una cuestión laboral, sino que se presenta en mil situaciones personales de la vida...
Me gustó. Gracias por tus puntos de vista que siempre enriquecen
¡Gracias por tu comentario 112!
Por supuesto que hay otras posibilidades. Construir a partir de lo que está, crecer, avanzar. Hay que trabajar para lograr eso
Hasta pronto
Andrea
Me gusta mucho ese tango de Eladia Blazquez, Alicia.
Fijate que justo lo que parece mas difícil, trabajar con otros, es lo que da mayores posibilidades. Uno puede conectarse con los otros, generar conversaciones, lograr acuerdos. Requiere trabajo, si, pero la recompensa es vivir mejor.
Hasta pronto
Andrea
Gracias por tu comentario!
Es que el trabajo es algo muy personal ¿verdad?
Hasta pronto
Andrea
A ver, animate a decir lo que tienen que hacer los que llega...remos el próximo 10 de diciembre.
Un ganador.
No puedo decirte qué tenes que hacer sin conocer cuál es el problema que se te plantea.
Quedo a tu disposición para una consulta específica.
Hasta luego
Andrea
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