Codo a codo somos mucho más que dos
La gente busca socios de negocios por diferentes razones. La mayoría de las veces es porque necesita ayuda, soporte o incentivos. Comenzar un negocio requiere gran esfuerzo, y la motivación que se alcanza al tener un socio puede compararse a la que se alcanza al entrenar con un compañero: uno puede superar las propias barreras, levantar más peso y lograr más cuando sabe que tiene a alguien pendiente de su éxito, dispuesto a alentarlo e involucrado en la misma búsqueda de crecimiento.
Otras veces un socio nuevo puede aportar recursos para optimizar un negocio ya existente, marcar un cambio positivo o inyectar nuevas estrategias y métodos de trabajo. También puede dar mayor libertad al viejo dueño, y contribuir al desarrollo del negocio, con su experiencia, habilidades y contactos.
Pero también, elegir mal un socio puede generar un desastre a nivel financiero, laboral o personal. Diferencias insalvables, desconfianza, objetivos opuestos, pueden hacer de la sociedad una experiencia frustrante y costosa.
Por eso, a la hora de buscar un compañero para desarrollar o compartir un negocio, es importante encontrar alguien con:
· Habilidades complementarias.
Las mejores sociedades funcionan a partir de que cada socio aporte cosas que el otro no. Si la persona que lo va a acompañar, posee experiencia, utiliza métodos y realiza tareas que usted no, aportará cualidades adicionales al equipo. Si uno va a ocuparse de ventas y marketing, que el otro se ocupe de producción y servicios. Diferentes roles aseguran la interdependencia y facilitan la definición de funciones y la evaluación de resultados.
Enfocarse en el complemento también aleja de la tentación de elegir amigos o familiares sólo porque son de confianza y nos agradan. Iniciar o refundar un negocio no es un evento social, es sentar bases lo suficientemente fuertes como para sostener el desarrollo a futuro.
· Contactos posibilitantes
Tener una red de contactos en la comunidad y en el sector siempre será beneficioso. Un socio que ayude a abrir otros mercados, a generar redes y a incluir el negocio en nuevos espacios se constituirá en una bocanada de aire fresco para el emprendimiento.
· Capacidad de escucha y de confrontación
Desarrollar una relación abierta, en la que sea posible discutir todos los temas desde el respeto y la validación es una forma de alentar un compromiso duradero. Un socio con quien poder estar en desacuerdo sin que eso implique riesgos y a quien poder consultarle hasta los temas más complejos es una adquisición valiosa.
· Una historia para compartir
Es fundamental conocer los antecedentes de un potencial asociado y evaluar las limitaciones o posibilidades que estos traen consigo. Los préstamos bancarios y otro tipo de ayuda pueden ser negados si alguno de los socios tiene problemas financieros o crediticios. También es importante conocer otros emprendimientos que ha desarrollado, experiencias que ha tenido y la manera en que ha resuelto su vida personal y laboral. La información ayudará al desarrollo de la confianza.
· Metas comunes
Esto puede sonar obvio, pero no siempre se comparten los objetivos. Ambos socios deberían coincidir no sólo en el blanco sino en la forma de alcanzarlo. Las metas a largo plazo de uno pueden ser demasiado lentas para el otro. El paradigma de servicio al cliente que cada uno sostiene puede ser muy diferente. ¿Cómo se tratará a los deudores? ¿Qué porcentaje de interés se cobrará? ¿Qué monto se gastará en publicidad?
También es fundamental que los socios compartan la misma ética laboral y disposición para trabajar. Un empresario que cree que es necesario trabajar 16 horas al día puede resentirse con un socio que se retira implacablemente todos los días a las 18, para llegar temprano a casa.
· Disposición para firmar un acuerdo prenupcial
Hay aspectos claves que necesitan ser revisados y acordados con anticipación. El modo en que se tomarán las decisiones cuando haya un desacuerdo, la forma en que se dividirán las responsabilidades, de qué manera se repartirá el poder. También, cuánto invertirá cada uno, cómo se compartirán las ganancias y las pérdidas, y toda una metodología de trabajo y de toma de decisiones.
Un acuerdo de este tipo debe tener marco legal, para servir de base firme de una sociedad que duradera y saludable.
Recuadro:
Contigo pan y …?
Asociar a la pareja en una empresa o emprendimiento puede parecer atractivo, pero conlleva altos riesgos. Un negocio de pareja puede tener la misma suerte que cualquier otro formato de empresa familiar, pero si no se tiene cuidado, los límites se desdibujan y los conflictos aparecen.
Se puede organizar la asignación de roles, la supervisión, la asignación de sueldos y participaciones, definir quién toma qué decisiones, y por el lado emotivo fortalecer el equilibrio y promover la realización y la felicidad de la pareja. Pero… ¿hay lugar para el amor y los celos en el negocio? ¿En qué momento y con respecto a qué cosas se es esposo y en cuáles socio? ¿Hasta dónde lo tuyo es mío y lo mío es tuyo?